Esta mujer, -Verónica Peñaloza-, es genial, o al menos a mí me lo parece, y como me encanta compartir grandes descubrimientos, comparto esta página porque recién dos amigas tuvieron la buena idea de compartir un poema de ella y se me dio por buscar, así que aquí está. ¡Qué creatividad por dios!
¡Cómo me gusta cuando con palabras simples se dicen cosas tan inmensas!
https://www.facebook.com/loquenolecuentoamiterapeuta
Cada vez que no me decís buenas noches
mueren mil unicornios bebé
unas papas fritas se le queman en Tandil
a una persona que le suspendieron un plan a último momento,
una imagen de gaturro se vuelve viral
alguien en una mercería dice que el celeste es de varón
y un amigo le pregunta a una pareja de lesbianas
cuál de las dos hace de hombre.
Me quedé con ganas de decirte que escuché por ahí
que algunas paltas
maduran más rápido si las envolvés en papel de diario.
Siempre me quedo con ganas
de decirte cosas.
Nuestras despedidas son intempestivas.
Es un colectivo escondido atrás de otro
al que me subo de repente para fugarme
y en el viaje me doy cuenta
que prefería quedarme en la parada con vos
Creo que seré grande
cuando aprenda a actualizar las ganas a cada momento.
Apenas me voy
se me ocurren un montón de cosas para decirte.
Te mando una foto del graffiti del asiento de adelante
“lo que llaman amor es trabajo no remunerado”.
Nos cansamos
de ver al mundo fracasar
por enseñarnos sus maneras de querer.
A mí me gusta que esto sea un poco así,
como ese otro mar que hacés
cuando espolvoreás harina en la mesada,
una mano suelta que mientras baila
le da de comer
a los pájaros
que vinieron a casa cuando te conocí.
***
Qué cosita frágil la alegría. Hay que cuidarla como a un pichón de hurón que encontramos abandonado porque ya sabemos que la alegría y los hurones suelen ser las especies más abandonadas.
Lo importante es encontrarla cada tanto y decir acá esta, era esto. Aunque sea tan estrella fugaz, tan espuma de mar. Bastó vivirla media hora tomando mate esta mañana, tenerla acurrucada conmigo en el sillón untándole una tostada con miel mientras la ciudad se vestía con la calma de un feriado. Tarareamos bajito una canción, estiramos los pies en el otro sillón. No pensamos en nada. Fueron minutos, quizás segundos. Pero no pensamos en nada.
No dura mucho, se espanta fácil. Un ladrido de un perro que hace que una vecina se asome, abra la ventana y llegue el olor del café que te hace acordar a esa otra mañana que te da nostalgia. Y ahí se vuelve a abrir el agujero en el pecho que no sé a qué jurisdicción de emociones pertenece.
Pero estuvo un rato y sé que existe y acaso no es esa la fe que permite vivir toda una vida?
***
I
mi venganza es
escuchar las canciones que eran nuestras
y pensar que las bailo con alguien más.
Y que ese alguien más
sí sabe decirme lo que siente.
II
mi venganza
es publicar el libro que escribí mientras estaba con vos
y que cuando alguien me pregunte
a quién le escribí todo eso
yo conteste que no existís
que es ficción
que godzilla es más real que vos.
III
mi venganza
es cocinar todo lo que te gustaba que te cocine
ponerle el mucho picante que me gusta a mí
y que a vos no
y pensar que es mejor así.
Que realmente elegí
y que prefiero el picante a vos.
IV
mi venganza
es escribir tu nombre todo en minúsculas
para no sobredimensionarte más
ni siquiera en un renglón.
V
mi venganza es
recordar minuciosamente
todos los memes que te mandé y no te reíste
y pensar que por cada meme
hay diez personas que lo disfrutarían como yo
y volverme infantil tramando venganzas tontas
para hacer lo más adulto que puedo hacer:
habitar mis contradicciones
VI
además,
no te voy a invitar a mi cumpleaños.
nunca.
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