Hay en tantas letras de nuestro tan poco transitado folklore musical una belleza y profundidad enorme, como por ejemplo en este magnífico chamamé, cuya música es una de las tantas maravillas de Tránsito Cocomarola. Y su letra...¡ah, su letra! es de un autor poco conocido, Roberto Galarza, que ha sabido dejar en una obra de "amorosa trascendencia",- al decir de la Walsh-, un deseo de trascendencia tan noble y tan bonito, que me invita a sumarme.
https://www.youtube.com/watch?v=qaCR_zUFjfw
Cuando me vaya para siempre de este mundo
Al alejarme de mis seres tan queridos
Solo un deseo al Dios supremo, yo le pido
Un imposible, pero sé que es tan profundo
Que se transforme en un árbol mi alma entera
Para que en días calurosos de veranos
Bajo mi sombra descansen mis paisanos
Como una posta que me ocupe quien lo quiera
Que los gurises con la ronda me cercaran
Y los que se aman cumpliendo una promesa
Dejen sus nombres, cual recuerdo en mi corteza
Aunque me duela, con cuchillo me tallaran
Y cuando troce mi madera un carpintero
Que en vez de muebles se dedique a hacer guitarras
Para estar junto a mis amigos en las farras
Con acordeonas y un rasguear chamamecero
Que los gurises con la ronda me cercaran
Y los que se aman cumpliendo una promesa
Dejen sus nombres, cual recuerdo en mi corteza
Aunque me duela, con cuchillo me tallaran
Y cuando troce mi madera un carpintero
Que en vez de muebles se dedique a hacer guitarras
Para estar junto a mis amigos en las farras
Con acordeonas y un rasguear chamamecero
(Compositor: Transito Cocomarola )
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