Un día le clavaron el visto a la señora de la limpieza porque, total, no era importante
Luego le clavaron el visto a alguien que querían escrachar, cancelar o algo así
Luego le clavaron el visto a los muy sinceros, por atrevidos y después a los muy desconsiderados, por desconsiderados
Les clavaron el visto a los tóxicos, los desesperados, los locos y los marginales, también a los crueles por crueles, y a los buenos le clavaron también el visto, por estúpidos; por zonzos a los zonzos y por las dudas, a los avivados.
Le clavaron el visto por tiempo indeterminado a la amiga esa que traía siempre sus pesares y también a la otra, que dejó de aconsejarlos como necesitaban.
Les clavaron el visto a los mal hablados, a los torpes, a los molestos, a los cínicos y a los temerosos, a los extravertidos y a los profesionales, a los exitosos y a los pobres diablos
El visto comenzó a crecer y a hacerse un visto grandote por tiempo indeterminado y a ocupar mucho lugar en el mundo
Tanto habían clavado el visto que ya no había casi terreno disponible para clavar más nada
Empezaron a clavarle el visto a cualquier cosa, incluso inasible. Le clavaron el visto a la belleza, por ejemplo, y de ahí en más la cancelaron, y no se la vio más por estos lados ni por esos otros, porque el visto ya llegaba a todos los confines
Les clavaron el visto a los peces y a las olas, al viento por atrevido, a la tormenta por virulenta, y a la luna por inservible
El mundo de pronto fue una bola de nieve sin sentido
Atrincherados tras un celular gigante, los pocos humanos que quedaban de este lado del visto se iban muriendo, y de pronto un día no hubo más que un gran silencio, un silencio enorme como el de los vistos clavados por tiempo indeterminado, y el mundo quedó en 'visto' en un celular usado por nadie para nada, y dicen algunos, -los amantes de finales felices-, que recién entonces la bola de nieve se derritió y salió el sol para todos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario