https://www.youtube.com/watch?v=FaoGZkYujDc
Lo más blanco que hay
es la primera vez que vi nieve
Lo más negro que hay
es un carro fúnebre cuando
llueve
Si quisiera decirte lo más bello que evoco
usaría tu nombre si no te ofendes por el piropo
Negra y blanca mi guitarra
blanca y negra la ciudad
de los negros el candombe
de los blancos viene el vals
La noche es de tu cintura
la luz de tu corazón
sin perder las esperanzas
te dedico esta canción
Lo más lejos que hay
es el fondo del mar
lo más cerca que hay
es la panadería
y en el medio aquí estoy... recordando
Cercana está tu mirada
lejano tu corazón
Sin perder las esperanzas
te dedico esta canción
Usted verá, amigo Wilson: ¡hay en el mundo, y aquí en nuestra comarca tantas formas de invasividad ! Sin ir más lejos: se bajan dos conductores de automóviles y se insultan de arriba abajo. Pasa un coche con la música a más de cien decibeles y nadie dice nada. Uno se va a poner la carpa a un camping y se encuentra con al menos unas veinte fuentes sonoras potentes simultáneas y a nadie parece molestarle.
Piropo es piropo. Usted entenderá, amigo Wilson, que el piropo no es acoso. Es un festejo de lo bello cuyo eros es universal, se puede dedicar de heterosexual a heterosexual sin cambiar su condición.
Cuando una mujer le dice a otra: ”¡qué linda que estás Eduviges!” le está diciendo un piropo.
Qué buen pelo, le dijo una vez un muchacho desde un automóvil a la piba de rulos.
Otra vez una señora que cruzaba el río con una comitiva de hijos detrás le dijo a la dama que estaba sentada en la piedra: esa melena plateada es una maravilla.
Una mujer que pasaba por el barrio de Boedo al cruzar la calle se acercó a otra sólo para decirle que tenía carita de muñeca.
Y una muchacha le dijo a un señor que iba caminando que le gustaba su sonrisa.
¡Y decime Wilson si eso no te alegra el existir!
¿Para qué estamos si no es para festejarnos lo lindo que tenemos?
Piropo es y será eso hasta el fin de los tiempos. Celebración pura, jubileo, danza que hace sonreír los labios desprevenidos.
Acoso es otra cosa, usted lo sabe. Acoso, grosería…Eso es otra cosa. Lo suficientemente fea y condenable , y no cabe en esta digresión. Pero la corrección política es muchas veces como la cautela amorosa. Una cosa híbrida que sabe a café descafeinado, a miel dietética y a policía del gusto.
A quienes la practican, como sabe decir en sus narraciones Ángeles Mastretta: “su dios los bendiga”.
Yo acá le dejo una canción de Jaime Ross que está de rechupete, vea mire... (qué lindo que te digan algo así)
Es muy genial!
ResponderBorrarlinda!!! usted lo dice porque me quiere! Y yo a usté! besos!!!
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