Durante su discurso, Nelson Mandela citó el siguiente poema de la escritora Marianne Williamson:
Nuestro miedo más profundo no es el de ser inapropiados. Nuestro miedo más profundo es que somos
poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
Nos preguntamos ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
El hecho de jugar a ser pequeño no le sirve al mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros. Como lo hacen los
niños.
No está solamente en algunos de nosotros, está dentro de todos y cada uno.
Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para
hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.
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