Si vamos a amarnos
si vamos a amarnos intensamente
inventá un colchón de pétalos y hojas
untá con miel cada una de tus palabras y tus reacciones
antes durante y después
Ya que ambos hemos quedado espinosos
bellos rosales que se defienden
al mínimo intento de acceder a la suave dulzura de sus flores,
contémonos con miel nuestras heridas
el sitio exacto en que fuimos lastimados
cómo y cuánto nos duele aún.
Seamos pacientes con eso:
los pétalos hermosos de nuestras flores
el sol que se han tragado
las lunas que han bebido
el néctar del verano y los viajes por las olas marinas
guardémoslos para endulzar de gozo
todo lo que rodee nuestro encuentro.
Una sola espina que se saliera de su lugar
podría originar un marasmo
y saber calmarlo es también un arte.
Hasta que el suelo no esté quieto no hemos de hacer nada.
No podemos siendo seres espinados
darnos el terco y caprichoso lujo de amarnos sobre lava
sobre tierra arrasada
sobre grietas sangrantes.
Toda la quietud del suelo nos será necesaria
para desplegar nuestras alas a pleno
la cálida animalidad que nos habita
Necesitaremos un colchón de ternura
de aguas mansas y caricias lentas
emocionadas
risueñas
No nos preguntemos qué salió mal
si nos tratamos como tiernas margaritas silvestres
sin historia ni pinchazos
No seamos necios: la verdad nos necesita
unidos y desnudos
acariciando al viejo corazón para volverlo joven
lamiéndolo y curando con cada dedo evanescente
la herida primordial
Hasta que cante
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