TRANSPARENCIAS

A veces me encuentro con personas transparentes. No todas son iguales, de la misma transparencia. Ni sabría tampoco cómo definirla. Sólo sé que muchas de esas veces siento que se resisten a ser fotografiadas, no porque digan algo en concreto al respecto, sino por su modo de actuar, de andar por la vida sin ningún tipo de impostación, con la misma ropa con que trabajan, con la misma sonrisa o no sonrisa con la que viven y comunican, aunque tampoco se explica por esto, porque también se cambian de ropa y se engalanan, pero no se les nota la diferencia, y creo que a veces las fotos los empeoran, porque lo que tienen para dar es tan lindo, tan enorme y sencillo que se escapa del cuadradito de la foto, y se expande, se desparrama, se expande, se expande, se expande… Nadie les notaría la corona de estrellas sobre su cabeza, ni las hojas de parra y los racimos que se les escapan por las orejas, por los ojos. Sólo algunos les vemos a hurtadillas esas refulgencias, y entonces guardamos en el bolsillo o la cartera la intención de fotografiarles la vida, y nos quedamos prendados de ellas para siempre.