Puedes sentir una profunda compasión y ternura hacia una persona y aun así decir "no" a sus peticiones y sus comportamientos.
Tu 'no' surge de un 'SÍ 'más profundo a la vida, a la verdad, a la autenticidad.
Visto así, el “no” y el SÍ no son opuestos, como la luna no es lo opuesto al sol sino igualmente bienvenida en la inmensidad incondicional del cielo, en el gigantesco SÍ de la Presencia misma.
El "no" no es necesariamente resistencia, ni ego, ni una expresión de miedo, ni una "huida". El 'no' también puede ser un amor feroz. El 'no' puede ser una expresión de gran bondad y valentía.
El amor no requiere que nos convirtamos en felpudos, ni que toleremos la violencia, ni que aplastemos nuestros preciosos sentimientos y ocultemos nuestro "no" para parecer más espirituales, compasivos, amables, libres de ego o iluminados, más allá de los sentimientos humanos. A la mierda esa imagen. Es falso. Una máscara que al final te asfixiará.
Un verdadero límite, un 'no' amoroso, no nos separa, nos protege. Nos permite mantener nuestros corazones abiertos unos a otros, relacionarnos honestamente y, al mismo tiempo, saber exactamente dónde nos encontramos.
A otros puede que no les guste o no estén de acuerdo con nuestro "no". Quizás nos juzguen por ello. Pero nunca estuvimos aquí para proteger a otros del dolor. Siempre estuvimos aquí para decir nuestra verdad, con una compasión feroz.
Y entonces podemos decir, sin contradicción:
TE AMO.
Y NO.
Y quédate ahí, libre, amoroso, auténtico, en nuestro asombroso poder.
-Jeff Foster-
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