Gracias, querido amigo!una amiga demasiado querida que se fue demasiado joven...y no sé si delirio o verdad, cada vez que la pienso encuentro pétalos en el suelo...ayer mientras escribí esto en el blog, sonaron cuatro veces los llamadores de ángeles que tengo...en fin... Gracias nuevamente por tus palabras y, -parafraseando a Basho-,
este blog ya nadie lo comenta... salvo Juan Carlos
¡Qué hermosa y delicada manera de expresarlo, Claudia!
ResponderBorrarEse dolor y esa ausencia...
La vida que no cesa de acuñar las dos caras de su moneda.
Un beso.
Gracias, querido amigo!una amiga demasiado querida que se fue demasiado joven...y no sé si delirio o verdad, cada vez que la pienso encuentro pétalos en el suelo...ayer mientras escribí esto en el blog, sonaron cuatro veces los llamadores de ángeles que tengo...en fin...
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salvo Juan Carlos
(un poco de humor!, pero gracias! y un abrazo)