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viernes, 23 de julio de 2021

en este mundo

Yonaka ha/ jigoku no ue no/ hanami kana

Este mundo es mirar las flores sobre el infierno

Hoy descubro esta traducción del haiku de Issa que conocía de esta forma:

en este mundo/ arriba del infierno/ viendo las flores

Me resulta más abierto el modo de decir de la segunda traducción, menos sentencioso, y más sugerente. Más propio del haiku.

Issa, querido Issa, tierno haijin de los animalitos y la delicada sutileza del dolor siempre dulcemente enmascarado, no como nosotros occidentales entendemos máscara, sino como las almas japonesas pueden hablar sin nombrarse, sin ponerse por delante del mundo, sin un yo tan presente y dramático como el nuestro.

la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos

decía Alejandra Pizarnik, quien se suicidó siendo muy joven. Issa perdía hijos y mujeres, acosado de muertes miraba las rosas tal vez hasta pulverizarse los ojos... Tal vez hasta pulverizarse el corazón. Transmutaba. Kobayashi Issa (1763-1827) quien murió de frío, llegaba en medio de la desventura y la pobreza a vivir más de sesenta años sin perder esa dulce ternura, algo humorística. Ojalá Alejandra hubiera podido. A Julio le hubiera dado mucho gusto seguir teniéndola viva, sin duda.* 

Sentir el mundo, sentir la vida, sin pulverizarlos, sin pulverizarse uno.

“Mono no aware”. sería "sensibilidad ante las cosas"... Antes, el "aware", un ¡oh! un ¡ah!, asombro, maravilla, no siempre festiva. La misma esencia. 

Siempre vivencial el haiku, por definición la forma exquisita de eternizar un instante. Después vinieron las clasificaciones: que si haiku intimista, que si haiku feísta, o si no es haiku sino senryu ... tantas discusiones teóricas alrededor de ese enigma que en japonés tiene diecisiete sílabas pero que no necesariamente tiene que tener esa medida estricta en castellano, ese enigma carente de la metáfora occidental, aunque con deslices suaves y muy habilidosos hacia la personificación, ese enigma que es a veces una espontánea exclamación en la que se deja aparecer el yo del haijin sin que sea en forma ni desmedida ni intelectualizada. Un simple y hondo exclamar, desear en voz alta...

"Este mundo es mirar las flores sobre el infierno" seguramente nos atrae más, porque es una definición. Al haiku le gusta jugar a las escondidas, hacer pasar al visitante sin que se entere cómo fue que entró al jardín del que no querrá salir.

Decían los inmensos griegos que chronos y kairós son cosas distintas... el cronos nos mata, el despiadado reloj que cuenta los minutos y las horas, el metrónomo que sentencia las duraciones... el tiempo de las frases hechas "el tiempo todo lo cura", el tiempo que pasa y no volverá, "en mis tiempos" eran así las cosas... Kairós es el tiempo del encuentro, y nadie sabe cuánto dura exactamente, es el tiempo sin tiempo, la detención del tiempo que consume, es la eternidad percibida en acto...

Es ese el tiempo el que le interesa al haiku, esquivo , reacio a dejarse apresar en una sola interpretación del infinito misterio...

"sólo el misterio nos hace vivir/sólo el misterio" (Federico García Lorca)


* https://www.andaryver.mx/arte/poesia/carta-de-julio-cortazar-a-alejandra-pizarnik/

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