Cruzar el desierto no es fácil
Hace falta valentía
Los oasis de verdad siempre están lejos
y los peregrinos a veces se confunden
y ven espejismos, reflejos
que parecen agua
y los adornan aún más
Y mientras se esmeran por llegar
su pródiga imaginación les agrega palmeras,
odaliscas, flores que los tornan
más apetitosos
Luego se hunden en la arena caliente
y es de imaginar que esto sea muy feo
Pero ay del peregrino que no crea
ni un poquitito
en la posibilidad de que el espejismo sea un oasis
Si la lucidez absoluta lo tomara
tal vez renunciaría
y se sentaría a morir
Hay quienes la enarbolan
mientras acarician la cabeza de sus hijos
o discuten con sus padres
o con sus amores
de carne y hueso
Para los que ya están en travesía
abrazar la belleza del agua imaginaria
no sólo los ayuda a caminar
sino tal vez
a convertirse en belleza
a convertirse en agua
a darse de beber a sí mismos
y seguramente
a ser capaces de convertir en éxtasis
ese momento inauditamente anhelado
en que el agua
de verdad se pueda beber
y beberla
No hay comentarios.:
Publicar un comentario