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viernes, 6 de agosto de 2021

HOCIQUEAR

Murray Schafer decía que a menudo una historia sin fracasos es la historia de alguien que no ha crecido. Como educador musical decía: "enseñe al borde del peligro".

“Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better”. ‘Lo intentaste. Fracasaste. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor’, es una frase de uno de los últimos libros de Samuel Beckett que retoma Pema Chödron en un artículo que está disponible en la web sobre la importancia de aprender a fracasar. En apenas dos años ese artículo ahora aparece citado cientos de veces...tal vez por algo bueno sea.

Ella dice allí que una de las primeras cosas que debieran enseñarnos es a fracasar bien.



Ella dice allí que una de las primeras cosas que debieran enseñarnos es a fracasar bien.

Nuestra cultura niega el dolor, el espanto, lo racionaliza de mil maneras, borra la famosa "culpa judeo-cristiana”, para reemplazarla por la ley de atracción. Suerte que están los Jeff Foster de la Espiritualidad, suerte que están las Pema Chödron del Budismo.

Ser, parafraseando a Queen, "otro más que muerde el polvo" es lo más didáctico que puede ocurrirnos. Ser uno más. Nada más que uno más. Que te vaya mal, sin saber por qué, o sabiendo por qué. No mirar para otro lado. Sí: fui yo, fui yo otra vez. Y tengo que hacer algo con eso, para adentro y para afuera. Y si no fui yo, también tengo que hacer algo con eso, para adentro y para afuera. Aprender del fracaso, por acción u omisión. Por necedad, por soberbia, por tontería, por impulsividad, por elegir mal, por mil millones de motivos, incluido el azar. Sentir el fracaso, tanto si es chiquito y sin importancia como si es grave, tanto si es la primera vez o la número ochocientos que uno se topa con la misma piedra; no mirar para otro lado, morder el polvo y sentirle el gusto.

Y hablando de Jeff Foster, vemos cómo "hociquear" y "fracasar" no necesariamente son términos equivalentes. Él en este momento está batallando contra una enfermedad neurológica rarísima, infrecuente hasta la exageración, hasta donde se sabe, originada por la picadura de una garrapata, y siente deseo de morir, de descansar. Está escribiendo sobre la muerte. Aprendió, como Buda, a validar su experiencia, a no creer ciegamente o en forma sumisa lo que otros sanadores le proponen en cuanto al origen de esta enfermedad en su vida. Él sabe que no fue la Ley de Atracción. Sabe que es así la Vida nomás, así la Impermanencia.

Es otro más que muerde un polvo que no es fracaso propio, y sin embargo hociquea.

Y es que el "algo habrán hecho" con el que tanto nos gusta, pero tanto nos gusta denostar el dolor, -sobre todo el ajeno y el inexplicable, y sospechar de él y del azar de los no merecimientos de ciertas cosas-, a la vez nos priva del placer de acompañar a quien sufre sin pretender entenderlo, nos priva de acompañarnos a nosotros mismos a sufrir, a ver qué entendemos después de un rato, porque a veces los azares, aun los que saben a tierra seca, pueden también devenir en azahares.

Si te toca hociquear, no le esquives. No sigas el consejo del tango, lo de "sufra, canejo, sufra y no llore, que un hombre macho no debe llorar"

Si te toca hociquear, como primer paso, anímate a sentirlo ahí en el medio de la panza, sentí el fracaso. Mordé el polvo, sentí cómo entra, seco, cómo huele, cómo duele.

Conectarse, sobre todo si uno no sabe por qué y siente que no tuvo ninguna responsabilidad, sobre todo si uno sí sabe por qué y sí siente que tuvo alguna responsabilidad.

Sentirlo, y abrazar esa triste y espantosa sensación de responsabilidad o de perplejidad ante el espanto. Abrazar el espanto y saber que no hay nada para hacer, al menos en ese momento. Que a veces no hay otro nombre que fracaso, y que no está mal.

Y si te toca hociquear y en una de esas podés, al menos en algún momento, hacé como cuando eras pibe, y reíte, porque de críos no teníamos orgullo, y por eso pudimos aprender a caminar.


(imagen tomada de la web)

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