levantando las vías del ferrocarril
se avisan unos a otros
cuando el tren está próximo a llegar.
Hacen sonar un silbato,
agudo,
dos, tres, cuatro, cinco,
seis veces,
crean un llamado de alarma
para que el trabajo se detenga,
para que los hombres
que están sobre las piedras,
se corran del centro de las vías,
dejen el área libre,
dejen el frente abierto.
Hay que verlos.
Hay que oír
la fuerza que tiene ese llamado de peligro.
El día que nos conocimos
me hubiese gustado que alguien
me hubiera avisado así.
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