Divinidad
A la Esencia Universal
Digo tu Nombre,
Presencia que me habita desde todos los tiempos.
Tus letras tienen la voz de madre
o el lejano resguardo que padre me dejó
o sos fonema de una soñada torre de Babel
- todo balbuceo de nuevos caminos
que sólo acercan hasta lo Innombrable.
Siempre acudes para recordarme
que - al llamarte - me nombro,
que - al invocarte -
tus voces que me conforman sienten el reclamo
y, a su vez, reclaman.
Digo entonces mi nombre
que es letra de tu Palabra,
intuyo mi papel
y callo, para que hablemos.
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