sin repetir los días
puesto que soy un pájaro del aire
que va inventando a cada instante el vuelo.
No me arrepiento de haber amado
hasta cubrir la vida
como si fuera un dictador de la ternura,
puesto que soy un brazo de la tierra
que florece entre las cosas y la gente.
No me arrepiento por haber cometido
los errores
que a cada paso estoy haciendo como pisando en falso,
puesto que soy un imperfecto en varios temas
y me pongo a vivir muy distraído.
No me arrepiento el haber asumido
mis heridas,
lamerlas desde afuera para adentro
hasta tallar una rosa entre la médula,
puesto que pertenezco a los misterios
que en el alma transforman la tragedia en alegría.
En cambio me arrepiento
por todos los milagros
que no supe inventar para los otros,
tantas voces de luz que hundí en las sombras,
tanta canción que tengo demorada,
tanta pasión que se murió en mis manos
sin hacer una seña, sin distribuir los signos
puesto que soy un hombre y tengo deudas
que deberé saldar por la belleza
que me da la vida.
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