"y junto a cada cosa /un nimbo oscuro puse,/ sobre la flor una corona negra,/ sobre la boca amada/ un triste beso." Pablo Neruda
a mi viejo in memoriam,
y a quienes aún la están nadando
para adentro
No es bueno querer desaferrar a alguien
de su desdicha
aunque uno la vea
claramente
e innecesariamente colgada
como un guiñapo absurdo
de algún lugar de las palabras
o de las acciones
o de ambas
No estoy hablando del dolor
No hablo de la tristeza
Hablo de la desdicha : Esa,
el juguete
el fetiche
el latigazo invisible
propinado en la propia carne
La que se adopta
como un animal doméstico
al que se le soba el lomo
aunque muerda
No es bueno,
no es bueno querer desaferrar a alguien
de su desdicha,
del amor a su herida.
Y no estoy hablando del dolor
No hablo de la tristeza
Hablo de cuando esa persona está preciosa
Se puso el mejor traje o vestido
y se deja el colgajo
el trapo sucio
la venda
como para que se note
Y uno le sugiere que se lo saque
que no hace falta
y es inútil
A veces sólo queda en eso la cuestión
pero otras
se arma una batalla campal
por mantener en su lugar la cosa
la cosa que no sirve
que se pudre
que cuelga
que obstaculiza
Es mía es mía
gruñe con uñas y dientes el o la poseedora
de la joya y no hay caso
Daría la vida, la vida sí
la vida
el amor
todos sus vínculos
todas las ocasiones
de vivir
con tal de mantenerla
y de decir "es mía,
yo soy una víctima, mundo,
no me alteres
con tus oportunidades
de desmentir
lo que tan bien me construí
No me molestes mundo
Dejame renegar de mis virtudes
y creerme carente
Dejame al revés: agigantarlas
para castigar en otros
las que de veras tienen
y yo envidio
Dejame ponerme un pie delante del otro
para hacerme caer y echarle la culpa
a cualquiera
de nada
Dejame ir con la venda en los ojos
caminando por las cornisas
delante de mis hijos
de mis amantes
de mis amigos
de todos los que me quieren
de todos los que querrían ser queridos por mí
Dejame hacerlos sentir inútiles
indotados
para contribuir a mi felicidad
Dejame no darme cuenta de que esto sucede
ignorar que sufren
porque en el fondo
tan poca cosa me considero
que ni siquiera
ni siquiera
puedo contemplar la posibilidad
de que me amen
Puedo agotarlos
Puedo no enterarme nunca
de cuánto amor guardaban sus alforjas
Puedo ser la lección del que no aprende
a dejar que quien quiera desbarrancarse
se desbarranque nomás
solo"
No es bueno,
no es bueno querer desaferrar a alguien
de su desdicha
Y no estoy hablando del dolor
No hablo de la tristeza
Hablo del amor a la herida
hablo de la desdicha,
Esa,
la que se agarra como si fuera la soga
que nos salvará de algo
tamañamente amenazante
y nos lastima la mano
nos lastima la mano
nos horada
Hasta que alguna vez,
un poco tarde por lo general
pero por fin
si tenemos suerte,
nos obliga a soltar
Y ahí
cuando soltamos
cuando nos vamos a caer de no sé dónde
nos damos cuenta de que era mentira
que esa soga nos salvara de alguna cosa
que no fuera la vida
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