Los registros poéticos son extraños
La forma en que se presenta la palabra.
Uno, el más irracional de todos según mi experiencia, es el dejarse hablar
Es algo asustador e incompleto: imposible dejar de controlar totalmente el parloteo, y sin embargo…
Se puede. Hay momentos en que las palabras fluyen sin nuestro permiso racional, sin nuestra censura, sin nuestra elección correcta, apenas una ligera poda de redundancias sónicas o semánticas, apenas una poda
Amenaza el dejarse hablar, el automatismo
No es para cualquier momento de la vida
Es para cuando o no hay miedo alguno, o hay animus iocandi, o sea, muchas ganas de jugar, o experimentar, y también para cuando hay mucha locura, mucha necesidad de poder ser dichos sin censuras desde aquello que se impone y se abre paso
La forma en que se presenta la palabra poética es diversa, así la experimento
Los diversos yoes que me habitan exigen tener protagonismo
Se dan de patadas, como diría Girondo, pero son autovalentes, quieren el micrófono de tanto en tanto
El único que no les concede micrófono es el miedo
Ahí se detienen en desiertos poéticos extensos, aunque de vez en cuando algún noble oasis se haga notar, esporádico, pero consistente.
Y si no, el canto, el registro del canto, pero ya es otro tema.
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