"Cuando estoy con ella soy feliz pero no sé quién soy. Me asusto y la abandono. Entonces vuelvo a saber quién soy. Un infeliz, bien logrado."
Ser hombre en una sociedad patriarcal ha implicado, históricamente, ocultar gran parte de la emocionalidad detrás de máscaras como el enojo, la ira y la amargura.
Esa carencia de una buena educación emocional nos ha dañado como individuos, ha dañado y limitado nuestro aporte a la sociedad, ha costado vidas de hombres, mujeres, personas menores de edad y ha significado una relación destructiva con la naturaleza.
Trabajar en nosotros para resignificar el ser hombre implica reeducarnos emocionalmente para ampliar nuestras posibilidades emocionales y desintoxicar el cuerpo de todos aquellos miedos, dolores y tristezas que hemos reprimido por años o quizá décadas.
(tomado de la web, no cita autor)
Ilustración de Sako Asko
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