https://www.youtube.com/watch?v=6ViISw2-FKY
gracias cuerpo mío,
hermano cuerpo danzante
por permitirme reconocer recordar
que lo que duele, duele y lo que cura, cura
Que nos lleva la vida aprender la distancia correcta de una caricia
de una palabra a la otra
de nuestro cuerpo a otro cuerpo y viceversa
Que nos lleva la vida aprender a cuidar al que nos cuida y celebrarlo
en este mundo en que es tan infrecuente ser bien recibido y que se note
en este instante tal vez parecido a otros instantes
en que la humanidad creyó morirse un poco
o creyó nacer un demasiado
como para que todo estuviera algo más cambalacheado que lo deseable
según el flaco Abel -diría Discépolo tal vez-
El caso es que en este mundo y en los otros que han sido
y tal vez serán, según parece
ha costado siempre ser humano, tanto para aprender a oler antes que a sentenciar
o para experimentar con el cuerpo cómo ser un buen mamífero
dotado de palabra y esperanza
Entrenar este cuerpo que tenemos puesto, o que nos tiene puestos -mejor dicho-
como una herramienta bondadosa que puede graduar la distancia
si se lo educa en la nobleza de corazón -que no defrauda
Este cuerpo hermano que nos hermana en tanta noción de herida prodigada y recibida
con tal maestría en la equidad, que no da ya para hacernos los tontos
los que nada tenemos que ver con todo esto.
Implicarnos, sí, implicarnos
en otra noción posible de las cosas
aunque seamos minoría
aunque no tengamos prensa
Aunque crean que pretendemos afirmar que esa noción posible
podría desembarazarnos acaso del enojo, la ira, la rabia y el error
como si hubiera una receta para coexistir
que nos inmunizara de errar humanum est, y sin embargo
¡qué bien se siente cuando el cuerpo llora en serio y ríe en serio!
cuando ama, cuando goza o cuando- aún en medio de la mala suerte-
se va montado en las alitas de estar agarradito al alma nuestra,
de que el corazón nos la vuelva a la boca
-¿o era el alma la que al cuerpo volvía y el corazón el que en la boca estaba?-
y suspiremos cuando algo o alguien nos devuelven la siempre milagrosa noción
de que es la Vida la que nos sostiene
de que cada niño es el tuyo y cada hembra tu mujer -como diría el Nano-
y por qué no, señores, señoras,
que hay una danza que nunca se termina que nos incluye y abraza
Y que sale el sol cada vez que entregamos nuestro peso a una forma mayor
cada vez que no dejamos que en el fondo y por ninguna causa
-como diría el hermano Exupery-
el amor sea alguna vez menos.
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