hay gestos en los que aún se puede confiar.
aún en este sórdido momento planetario en que conviven los más puros impulsos con los más abyectos, y la sombra de las cosas se transforma en semblante de una cáscara yerma vacía de miga y esperanza
hay gestos en los que aún se puede confiar
la temperatura de una mano
la temperatura de un abrazo
la calidez desbordante de una mirada
nada que mienta nada
unos ojos cerrados que cantan por tierras que no vemos, que se abrazan más allá
unas sonrisas de ojos que se tocan
joyas
esa lágrima
esa humedad en algún ojo que te ame
evidencias de la entrega
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