(inspirado en la película “La huella del silencio”)
I
Ella, la hija:
un don de letras y palabras
inocente de designios superiores.
Él se deleitaba
en la contemplación de su hija casi perfecta
Y la Cábala fluía en ese don misterioso,
entre ambos,
en el designio de un Padre para otro padre.
II
Ella, la madre:
juntaba objetos brillantes
pulseras, anillos baratijas
pequeños pedazos de luz
que hurtaba a escondidas en casas ajenas,
como una niña.
Nadie lo había advertido:
ni su brillante esposo
ni la luminosa hija
que era capaz de recordar palabras
al derecho y al revés.
Cuando abrieron la casa secreta,
un sinfín de caireles
centelleó.
“Construí un poema de luz”, dijo
y se volvió loca.
III
Todo estaba perdiéndose para siempre.
Pero la niña prisma
juntó las palabras necesarias
para llegar al oído de dios
ordenar el poema de su madre
y reparar el mundo
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