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jueves, 25 de enero de 2024

LA SOCIEDAD DE LA NIEVE

 



Anoche vi la película "La sociedad de la nieve", y ,-atenti que seguramente un poquito voy a espoilear-, me gustó mucho verla, me pareció muy, muy buena, y sobre todo muy enfocada en algo que, -creo yo-, es lo central de todo lo sucedido y de todo lo que se cuenta, y que es ni más ni menos que la vivencia de lo sagrado.

Porque el plus enorme que tiene la historia es que fue real, y que siendo real fue a la vez una tragedia y un milagro. Y a mi forma de sentir la vida, creo que aunque hubiera fracasado en cuanto al rescate, la parte de milagro estaba presente igual.

¿Por qué? Porque justamente lo que ellos hicieron posible a pura fuerza de deseo de vivir, y que se dio ( ser encontrados para seguir viviendo), podría no haberse dado en ese último aspecto (ser encontrados y seguir viviendo) pero sí tuvo un componente que está detallado por lo menos en el relato de tres personajes en distintos momentos, y que tiene que ver con el CÓMO, que es para mí la gran pregunta de la Vida.

Ellos encontraron un cómo sagrado, un cómo en conjunto, en el que todos eran realmente uno, moviéndose como un engranaje amoroso en el que cada uno al cubrir su parte a la vez cubría la de los demás, y en la que cada uno cubría su parte en vida y en muerte físicas. Ese "salvarse" que lograron, fue una tarea sagrada encarada en común hasta las últimas consecuencias.

Es emocionante que eso haya sido cierto, y que haya sido posible como logro humano, en un medio natural bellísimo y adverso hasta la locura.

Cómo pudieron lograr que hasta el hecho de comerse los unos a los otros haya sido tremendo acto de amor y de respeto, una verdadera "comunión" más allá de que alguno la entendiera como Cristo la entendió y otros, desde un lugar diferente.

Una maravilla decidir contar la historia desde ahí, en un momento tan verdaderamente caníbal, despiadado y grosero, en que nadie resiste por más de dos minutos la sensación de vacuidad, no sólo de comida, sino de tiempo ocioso, o de no comprar objetos. Un momento en que todo es relleno, y en que todo es rellenable.

Setenta y un días (creo recordar que fue ese número) para con-mover a este mundo despiadado e impaciente.

Gracias


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