I
¿Dónde transcurre el trueno
para que lo brutal nos llegue
con tal delicadeza?
II
Los mansos
no somos mansos:
Somos iracundos
sabios por dolor.
III
No, mi señor:
no es la guerra
ni temer sus bombas.
No, mi señor:
no es ser canario,
sino sombra de una jaula.
IV
En todas las madres
hay tejida
una historia de hijas
que se desteje
para olvidarlas.
V
Hemos de andar
como techos amarillos,
como sombras leales,
siempre en su sitio,
siempre ambulando.
VI
Domar las penas
como caballos,
sin herirlos.
VII
La chicharra
a veces cacarea como gallina
y a veces parece
una pequeñísima motosierra.
Le dicen coyuyo
los que no saben que es mujer.
VIII
Mi casa
Es lo que queda
Después de la tormenta.
Un ida y vuelta... una de cal, una de arena... el eterno juego de la vida.
ResponderEliminarClau, qué hermoso poema !!!
Un besoteee
(Es que es "un insecto", jejeje)
Gracias Mir! y sí, la chicharra ¿no?...fantasioso lo mío... lo del je je ¿será porque nosotras somos insectos? ...bué, pero simpáticos!!! aunque...dicen algunos caballeros que insitentes y zumbadoras como ellas.Besitosss!
ResponderEliminarNo publiques esto, solo es para aclararte.
ResponderEliminarMe refiero a que le llaman coyuyo (masculino) porque es un insecto (masculino) no una insecta (femenina). Cosa de hombres, ya que seguro el primero en llamarlo así ha sido un hombre... y todos por detrás a repetir como loros, jejeje. Te quierooooooooooooooo
como verás, lo publiqué, porque me pareció gracioso...¡qué sé yo si es mujer! cosas de la poética subjetividad, deformante de la realidad dirían por ahí...pero es sólo un juego, y así quisiera que fuese leído...
ResponderEliminarPor lo demás: nosotras taladramos a veces como coyuyos y ellos a veces repiten como loras, y así se entremezclan nuestras virtudes y defectos de género como se estila hoy decir...aunque confieso que lo de "todxs" o "tod@s" pa no ofender me hace reír un poco...No sigo más porque es un delirio...
besituuusss