Visitantes cósmicos de buena voluntad,sean bienvenidos a este lugarcito que albergará poemas, pinturas y toditas cosas que habitan mi alma...


sábado, 8 de agosto de 2020

"Amour"



ayer me miraba en el espejo

en plena pandemia del año dos mil veinte

después de ver la película “Amour” de Haneke.

Había visto a las tías en esa mujer vieja

que se iba deconstruyendo en cuerpo y alma

hacia algún sitio infeliz

Vi a las tías y a mi madre

el alzheimer y los patetismos

de las mujeres desnudas en los hospitales

bañadas por asistentes y enfermeras

a las que nada les importa 

o a lo mejor mucho

pero ellas sin destino solitarias

peinadas a los tirones y escupiendo el alimento…

y fue cuando me sentí orgullosa de mi alma

porque ella,

la tan sensible alma,

esta vez no gritaba

y no veía más que ternura

en esos cuerpos y esas intemperies

en donde antes había visto horror

Y me sentí a gusto

y reconfortada

y calentita de mí,

pero se ve que no somos tanto,

que siempre sobreviene la cuestión de la impermanencia

que nos tira por la borda los mejores estados

o al revés.

Y entonces yo

en la cola del banco tomando frío

aunque me hiciera la contenta

y bailara un poquito en la baldosa

yo sola en el invierno recibí

en algún agujero no muy bien sellado

el impacto del frío

de todos los fríos acumulados

de la tanta soledad

de separarse de todos los sentidos

que había tomado la vida en un momento

de separarse de los sueños

que no hallaron el sitio para realizarse

de quedar sola de los que no se dieron cuenta

o da lo mismo

y entonces se agolparon los huecos en el alma

y les entró el chiflete 

e hicieron gripe y susto en las entrañas

y muerte en las pulsiones y qué espanto

hasta que por fin la sopa y el tecito

y un cuidado caliente y los pies en el balde

y sobre todo el agua

con sal, -pahuyentar a las sombras-,

lograron que volviera.

Y al mirarme al espejo

en plena pandemia del dos mil veinte  

me di cuenta

del borde verde oscuro

que rodea esmeradamente el círculo de mis iris

desde que nací

y luego miré las pupilas pequeñitas

y dentro y fuera del ojo

la sonrisa de cierta picardía

el tono nuevo del decir

y la risa ubicada

muy bien sentadita

en el pupitre de aprender otras cosas.

Y esa nena grandota que goza de la audacia

que no tuvo de niña

que no se va a dejar envolver en la toalla del lamento

se puso de pie con las patas mojadas

y echó a andar

 (invierno de 2020)

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