Comienzo:
- antes de armarse a usted mismo un escándalo, porque algo le falta en la cartera, bolso o mochila, respire hondo, tómese su tiempo, y dispóngase a buscar tranquilamente.
Estadísticamente es muchísimo más probable que esté. Sólo que la adicción al drama y a la falta, hacen que uno decida de antemano que la cosa no está. Por lo cual uno busca insultándose a sí mismo, mientras revuelve embroncado, corroborando de antemano su mala suerte.
Se recomienda repetir este ejercicio toda vez que sea posible, y recordar que no sólo es aplicable a carteras, sino a objetos aparentemente perdidos o faltantes, como encendedores o paraguas, entre muchos otros.
Es todo un adiestramiento acostumbrarse a considerarse una persona con recursos.
Segunda instrucción:
- repita estos mismos ejercicios cuando además usted esté convencido de que la culpa de que ese objeto falte, es de X. Evite culpar a X antes de estar seguro. Tanto si X está presente en ese momento como si no lo estuviera. Sorpréndase por la cantidad de veces por día en que usted anda echando culpas que son el resultado de sus propias metidas de pata.
Repita muchas veces este ejercicio, y cuando se familiarice, acompáñelo con una risa sana sobre usted mismo.
La repetición consciente de estas experiencias poco a poco va haciendo de usted una persona que se está desacostumbrando al conflicto innecesario, una persona más divertida, no por azar, sino por deseo.
O sea, usted puede empezar a usar el matafuegos solito.
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