Sin duda, esta canción es de mis preferidas entre todas las canciones. La hizo María Elena, y la festeja la sensibilidad de mucha gente entre la que también estoy.
Sin embargo, hoy cuando la recordé y pensé en que no la había homenajeado en mis pinceles, pensé también en esta casa, la mía, pero también la tuya, la de cualquiera...pensé en la casa como un barco quieto que resiste... Que resiste la intemperie de los otros cuando, - a veces-, son los que nos marcan a pesar, un tatuaje inesperado en una parte ilesa de la piel. Pensé en la casa como el barco abrigadito en que nos aburbujamos, -como en un pullover de invierno-, para revisarnos las heridas sin crueldad, y para darnos algún aplauso necesario y una palmada de aliento allí donde alguien queriendo o sin querer propinó un golpe inaudito.
Cuando recordé esta canción hoy, pensé en mí, pensé en mi casa, con su ventana siempre luminosa si hay luz, con su oscuridad cálida, con su dulce reverberar en la paz conquistada, en el deseo de una honestidad inclaudicable. Cuando pensé en esta casa, pensé en la espera de ese amor al que todos, como María Elena, desearíamos pedirle que no se vaya nunca.
Y también pensé que en esta época de pedir que se vaya lo que se tenga que ir y que llegue lo que tenga que llegar, nos olvidamos frecuentemente de pedir que se quede lo que se tenga que quedar. Y que en realidad ese "se tenga" es bastante mentiroso, porque lo que estamos queriendo de veras, es que se quede eso que queremos, que apreciamos tanto que no regalaríamos jamás.
Y en el centro de cualquier amor, está el amor al centro mismo del amor, a su núcleo, que sin nosotros, no es ni será nada.
Por eso, no nos vayamos, quedémonos en este barco quieto aunque no sepamos todavía si es tan malo lo malo o tan bueno lo bueno que está sucediendo, quedémonos nosotros mientras el barco esté quieto, no sea cosa que cuando llegue "lo que tiene que llegar", no nos encuentre.
Gracias María Elena por esta canción con forma de zamba, que habla de tanto.
https://www.youtube.com/watch?v=Ef3e-Z7d8DU
BARCO QUIETO
No te vayas, te lo pido
De esta casa nuestra donde hemos vivido
Que nostalgia te puedes llevar
Si de la ventana no vemos el mar
Y afuera llora la ciudad
Tanta soledad
Todo cansa, todo pasa
Y uno se arrepiente de estar en su casa
Y de pronto se asoma a un rincón
A mirar con lástima su corazón
Y afuera llora la ciudad
Tanta soledad
No te vayas
quédate
Que ya estamos de vuelta de todo
Y esta casa es nuestro modo
de ser
Tantas charlas, tanta vida.
Tanto anochecer con olor a comida
Son una eternidad familiar
Que en un solo día no puede cambiar
Y afuera llora la ciudad
Tanta soledad
Estos muros, estas puertas
No son de mentira, son el alma nuestra.
Barco quieto, morada interior
Que viviendo hicimos, igual que el amor
Y afuera llora la ciudad
Tanta soledad
No te vayas
quédate
Que ya estamos de vuelta de todo
Y esta casa es nuestro modo
de ser
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