a veces, tarda.
Puede tardar
dos insomnios
tres amaneceres
cuatro o cinco traumas
seis amarguras o siete decepciones
Ocho ataques de sombra
Nueve noches oscuras del alma
o diez dolores agudos de cuerpo y espíritu
Pero regresa.
Regresa
Y expande las comisuras del cansancio
con su risa
De a poco
relativiza el peso pesado de los años
manda a callar el discurso oxidado
del disco de siempre
Retorna
la alegría
la pícara
a mi gesto, mis senos y mis sesos
Viene
a cambiar de película
a lavarme la cara
y contar otra historia
perfumada de sol
Viene
a continuar la tarea siempre inconclusa
de desplomar solemnidades
por la pendiente de la esperanza
que siempre, y aun medio traída de los pelos,
es mejor
que la más creíble de las desdichas
Viene a articular la singularidad de mi esqueleto
con la vieja costumbre de renacer
Hay que trabajarla mucho, a veces
pero viene
ahí, a diez pasos de mi sombra.
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