Visitantes cósmicos de buena voluntad,sean bienvenidos a este lugarcito que albergará poemas, pinturas y toditas cosas que habitan mi alma...


viernes, 18 de junio de 2021

RETRATO DE UCA, y SÍMBOLOS SABIANOS, dedicado a mi amiga Uca Camard


En realidad se llamaba Graciela, y yo solía llamarla Gra, pero ella en sus últimos años eligió este nombre para mostrarse al mundo,- aunque no le molestaba en absoluto que la siguiera llamando Gra, ni tampoco los modos en que la gente decidiera llamarla-,  y además de que este nuevo nombre tiene su historia aunque yo no la recuerde, suena muy lindo: Uca Camard

La conocí hacia el dos mil, quizás un poco antes, pero nuestra amistad empezó a plasmarse a partir de ese año, casualmente un año clave en mi vida, en el que comenzaron muchas cosas lindas, mi mudanza al departamento en el que vivo, ciertas amistades que me acompañaron todos estos años, - aunque haya algunas que se diluyeron en el último tranco de este camino, pero otras importantes que permanecen-, y también el comienzo de mi aventura capillense, y tantas vivencias más.

Una persona especial, cuyo conocimiento sería imposible de transmitir en este breve espacio, más bien sería digno de una novela... Hizo de todo, trabajó en cartografía, fue Maestra de grado, casi licenciada en Literatura, escribió mucho, leyó mucho, ayudó siempre a todo el mundo a evolucionar, alentando lo que ella consideraba eran sus virtudes, sus talentos, sus dones. 

A partir de un momento doloroso personal en que dejó la docencia, empezó a conectarse con lo esotérico, culminando esta etapa con el estudio profundo de la Astrología, a lo que se dedicó de ahí en más. Cuando la conocí, ya estaba investida de esta nueva aureola. Me decía que ella había sido sartriana y que empezó con cierta desconfianza su estudio de lo astrológico, pero desde lo empírico constataba todo lo que no podía ser comprobado científicamente.

Tenía una facilidad natural para la risa, la sonrisa...la suya era una risa suave, y un poco pícara...Todo lo que salía de Gra era suave, era su cualidad esencial. Ninguna observación que ella pudiera hacer era hecha desde la dureza, desde la hostilidad, era algo ajeno a su persona.

Se podía enojar, y de hecho vivía esos enojos, pero le costaba manifestarlos, era como ella decía "enojo interno" con personas o situaciones. No era una persona sometida, era muy libre, sólo que actuaba en libertad, no la pregonaba. Suavemente ella vivía a su manera. Muy acuariana, obstinada como me enseñó que somos los que tenemos a acuario en algún lugar importante de la carta, una obstinación poco visible a veces, que por supuesto a ella la hacía sonreír.

No sé qué cosa no la hacía sonreír a Graciela. No era falsa, pero jamás era descortés. Sabía y adoraba agasajar y recibir en su casa a la gente que quería. Sabía querer también de un modo elocuente pero no empalagoso. Uno sentía su afecto como un paraguas gigante, como un pullover de lana suave, abrigadito pero nunca apretado.

Extraño enormemente las pequeñas temporadas pasadas en su casa. Siempre me esperaba y me lo hacía saber: si era otoño, porque el colchón de hojas del parque me estaba esperando. Y si era primavera, lo mismo. Su amor por los animales no humanos era inconmensurable. Adoptaba perros y gatos todo el tiempo, recogía animalitos para curarlos en su casa y luego los soltaba...también compraba remedios para curar animalitos vagabundos que anduvieran por su amada Ciudad Evita, en la que vivió la mayor parte de su vida.

Ponía apodos a todo el mundo: sus antiguos amores,  los vecinos... su Maestro venerado por ejemplo era llamado "El Sublime", y ya con eso uno sabía de quién se trataba.

Nos "espiaba" como ella decía la carta natal a todos, amigos y vecinos...que si un nuevo amor, que si una situación familiar...ella espiaba e informaba...no lucraba con nada de todo eso, más que con los encargos formales, y los talleres que armaba, con lo cual se ganaba la vida.

Sus regalos de cumpleaños solían ser artesanales, artísticos o astrológicos: una revolución solar, una canastita para poner "sólo cosas lindas", un mandala hecho a mano en metal dulce, o cosas tejidas al crochet...Su último regalito para mí fue un informe de mis símbolos sabianos.

Charlar con ella era algo que no tenía principio ni fin, algo que se iba engarzando naturalmente fuera tomando un mate o cocinando a dúo, viéndola tejer o caminando juntas, yendo a tomar un helado o un cafecito... Siempre se cruzaba con ex alumnos o chicos del barrio. Una de mis últimas excursiones invitó a dos muchachitos vecinos a guitarrear conmigo en su casa, quería que yo los ayudara a despuntar su veta artística.

Siempre dispuesta a escuchar y a enseñar, fue mucho lo que me legó, y tal como ella decía: "cuando alguien querido muere, hay que tomar sus banderas", y yo estoy tomando algunas de las suyas.

Tuvo muchos amores, pero si bien supo disfrutar y valorar lo que cada uno tuvo para ofrecerle, creo que la Vida le ofreció una revancha a sus pesares amorosos en sus últimos años. Ella ya estaba un poco desencantada de la idea de enamorarse nuevamente de nadie. Andaba leyendo y recomendando "Mujeres que corren con lobos", y vino a dar con su lobo, con Hugo, quien en su brazo tenía tatuado a ese animal,  por si pudiera faltar algo a la historia. A su vez Hugo la nombra aún hoy como "su huesera", en honor a uno de los cuentos del libro de Pinkola Estés. 

Ella me decía que estaba enojada con su cuerpo, porque ya las enfermedades que le dificultaban la vida se habían manifestado, y justo tenía que venir a enamorarse así, con una historia bonita de veras, estando medio cachuza...

Casi olvido decir que tuvo dos hijos, un hijo y una hija, a quienes amó y cuidó sin asfixiar, y a los cuales les ha sido dado el difícil e inapreciable regalo de tener por madre a un ser único.

Era una mujer hermosa no sólo por dentro. Y estaba acostumbrada a no quejarse: no soportaba la queja como estilo de vida, así que su diabetes y su insuficiencia renal las llevó como una duquesa sin hablar demasiado del tema. Cuando se dializaba en su casa, el último tiempo, se iba a un cuarto chiquito, en privado, y decía que se transformaba en el Hada Melusina.

Siempre acudían a ella mitos de la Grecia antigua, que sabía y utilizaba para ejemplificar sus explicaciones con lujo de detalles. También había realizado algunos cursos de asistencia abierta en la Facultad de Psicología, y solía decir que amaba mucho a Jung, pero también a Lacan.

Ella me homenajeó a mí con un poema, y yo aquí hago público el que pude escribirle cuando ya la sabía muy enferma, con la ilusión de podérselo leer, cosa que no llegué a hacer en esta tierra.




Símbolos sabianos

(a mi amiga Graciela Rival, poco antes de su partida)

 

Ella, la loba sabia,

el hada Melusina,

la adorada de todas las hadas.

Enamora a su paso a las hojas caídas del otoño,

a cada brizna de pasto,

a cada árbol del vasto jardín que la habita.

Sabe que más acá de los portales eternos

hay un mundo entramado de amores

que ella cuida mejor que el mundo.

Cose,

y en cada puntada engarza una sonrisa,

y suavemente devuelve a la vida

a los perdidos en océanos tumultuosos.

Ella cocina,

y en cada sabor regala ese tesoro

de conceder a cada ser viviente

un existir más dulce.

Con sólo acceder a un minuto de su presencia

uno aprende un libro entero de recetas para el alma.

Ella es mi Amiga Mayor,

mi maestra,

o simplemente un ángel profano

que el universo dejó junto a mi mesa

como una carta,

un sueño lindo,

una caricia en el pelo,

una precisa sensación de presencia,

un frasco de esencia de lavandas

o un sombrero cuajado de margaritas.

Trasmutadas en mundos diferentes,

nos veremos soñar y hablar entre mates

o tejidos

o cartas natales,

una y otra vez,

Amada amiga mía

¡Brindemos pues!,

para honrar la eternidad que nos cobija.


Esta foto, paseando por el parque bajo la lluvia a su perro Gualterio, el último que tuvo, quizás pinta de cuerpo entero a ese ser que se quiso fundir con la naturaleza, minimizando su existir al servicio de algo mucho más hondo, profundo y sencillo...Como en un haiku.

Realmente soy una persona afortunada por haber tenido el privilegio de gozar de su amistad, y de traerme tarea para el hogar a través suyo, una grata tarea de por vida, que asumo por entero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario