“Un enamorado, pase lo que pase, es siempre un creyente.” Osvaldo Bossi
si estar enamorado fuera sólo la explosión de un cóctel de hormonas cuya duración se extiende aproximadamente por un año o dos
si fuera tan sólo un manto de ceguera que hace posible que dos seres humanos se apareen y luego, al experimentar la caída del paraíso, se desengañen para acceder en el mejor de los casos al amor real
estaríamos hablando de muy poca cosa.
tal vez lo que quieran los inventores de San Valentín y el mundo que lo celebra tenga que ver con un universo de regalitos y frases destinadas al escaparate
sin embargo el éxtasis, el regalo infinito de rozar ese estado alguna vez en la vida, se retroalimenta de múltiples estados similares, no necesariamente dirigidos a un humano que nos despierta el deseo más escandaloso o nos hace sentir en las nubes con su mirada sino a toda la belleza disponible
y si nos convertimos en seres atentos a la belleza del mundo, mucho nos puede conmover la vida,
muchos regalos nos depara una percepción enamorada que además, siempre, como decía uno de los personajes de Pino Solanas en la película Sur, nos hará crecer, salga como salga, y pase lo que pase.
Porque ponernos a crecer es ponernos a desarrollar valentía, y como bien decía Aristóteles, el alma es más fuerte por donde se la ejercita.
levanto la copa de mi brindis por un mundo enamorable y enamorado
chin chin
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