de la inocencia
de estos perros que se muestran tal cual son ante nuestros ojos
con los suyos llenitos de asombro ante la proximidad de la comida
expectantes,
torciendo sus cabecitas a un lado y al otro,
salivando,
con las pupilas tan encendidas como niños pequeños
ante el arbolito de navidad.
enamorarse de su ser criaturas
ante el ojo que intenta cuidar su propia inocencia
y que desea ser mirado por alguien
con la misma ternura
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