El ciego espera.
El semáforo está verde para él,
y no lo sabe.
Una mujer pasa a su lado, lo esquiva
y cruza rápidamente la calle.
De pronto un hombre lo ve,
abre su mano como un cuenco
que calza perfectamente en el codo del ciego,
y con suavidad de ala
lo lleva a la vereda opuesta.
A veces dios hace cosas así.
C.Bakún, de "Accidentes geográficos"
Pintura de Laurie Morgan: Tikkun Olam Heal the World
Conmovedor Clau:
ResponderBorrarCuántas veces nos hace falta una mano amiga, como a ese pobre ciego. Ese tipo de cosas son las que nos hacen sentir que vivimos en una verdadera humanidad.
Me ha encantado leerte amiga
Un Beso
Gracias juanqui! a mí también me gusta leerte!
ResponderBorrarMás allá de la anécdota, el ciego del poema somos " a veces" todos...el milagro de que se nos ubique en la vereda en la que debemos estar...
Un abrazooooooooooote
Ay, qué belleza, qué pintura más cálida de esos gestos solidarios que hemos perdido en la prisa de la brisa citadina.
ResponderBorrar"abre su mano como un cuenco
que calza perfectamente en el codo del ciego,
y con suavidad de ala
lo lleva a la vereda opuesta.
A veces Dios hace cosas así."
"Suavidad de ala"... "A veces Dios hace cosas así"
Parece escrito por los mismos ángeles.
Esa mano que se abre como un cuenco... es una imagen de enorme intensidad, debieras considerar pintarla, si es que lo lo has hecho ya.
Sabés... es hermosa la cadencia con la que escribes, me gustaría poner este poema un tiempo a la derecha de mi blog, con tu firma, claro, si me autorizas.
Lamento no haberme detenido antes en este lugar.
Te felicito.
Un abrazo... ¡angelical!
Turkesa: ¡qué requetebueno que nos estemos leyendo! No esperaba la sorpresa de estos comentarios tan consustanciados con la lectura de los textos.Me alegran el corazón.Gracias por iluminar con tus apreciaciones lo que uno no ve, y valga la analogía.
ResponderBorrarPor lo del blog ¡claro!¡ me honraría muchísimo!
un abrazo para vos desde algún alita que tampoco me veo, pero quién sabe