(basada en el relato de un amigo)
lo veo al abuelo tragarse el guiso
llorando de dolor
¿es que comer también duele,
también puede doler?
Él sólo espera la hora de llevar a la abuela al médico
Cada dolor de ella es también suyo
No lo alivia saber que está compensada,
que mamá es enfermera,
que ya le aplicó no sé qué cosa.
No
No lo alivia al viejo nada de eso que no entiende,
que no puede entender
Él quiere llevarla al hospital ya mismo
Quiere dejar de oírla sufrir
Hay que terminar lo antes posible
y apurarse a tragar el guiso hirviente
Y es que mamá dijo: “Está bien papá,
no hay urgencia,
la llevamos después de la cena”
(C.B. 2014)
(Foto tomada de la web)
Muy tierna. En esta vida sufrimos hasta el final.
ResponderBorrarSaludos.
Sufrimos y amamos hasta el final.Gracias!
ResponderBorrarPoesía humana. Me llevó al yantar vallejiano, a sus alvéolos neutros, a la sangre hermanada de Gelman... a tantos. Gracias, Claudia, por descallar el silencio. Mi Abrazo desde Rosario.
ResponderBorrarcaramba Daniela! acabo de abrir el blog, y tu comentario tiene menos de una hora! lo del yantar vallejiano me honra de un modo inmerecido, pero que agradezco! mi abrazo desde Baires!!!
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