POEMA PARA EL PRIMER DÍA DEL PRÓXIMO AÑO Y TODOS LOS DEMÁS
A descansar el sol cuando amanece,
a refugiarse el viento de la flor,
a clavarse sus espinas el dolor,
la cuna a acariciar al que la mece.
La columna a sostenerse en el andamio,
a proteger el musgo a la montaña,
la infamia a envenenarse de la araña,
la escalera a tirarse del peldaño.
La carcajada a despertar al día,
a convertirse en almohadón la avena,
el mapa a no seguir su guía,
a reclamar su diálogo la escena.
A confesar sus dudas la certeza
y cada cual entre sus manos su cabeza.
A ser el mundo más bello en su utopía,
a que mañana se prodigue para todos
la justicia en infinitos modos
y se reparta a cada uno la alegría.
y cuando menos se anuncie
habrás logrado que aquellos que eres
sean al fin el mejor de los que fuiste
y en tu mesa el pan será tan sabroso,
en tu cama los gestos del amor tan intensos,
tan liviano el aire de tus flores,
las maneras de tus pocos preciosos objetos tan delicados
que tu casa será el hogar por donde todos en los que te detuviste
vivirán un día y una noche
para alimentarse y abrazarse, para conocerse,
para imantarse de tus amaneceres y de tus atardeceres
y volver entonces al mundo más fuertes y bellos,
y tú, que ya a todos los horizontes habrás llegado
te acunarás en el sillón que trenzaste durante cada día de tu vida,
y en esa quietud verás que el movimiento de todas las cosas
tendrá algo de tu impulso,
que tu corazón se acompasará suave
en el gran latido de tu único instante,
para que el resto de los demás infinitos momentos
sean menos dolorosos para los que sufren,
más amorosos, más bienaventurados, más felices,
y del roce de cada uno de tus innumerables actos
confortarás prósperas disipaciones,
que recogerán otros,
mientras delicadamente,
descansarás.
Gracias Claudia por tu maravilloso regalo.
ResponderBorrarClaudio: el tuyo, por escribir una poesía tan profundamente viva. Un abrazo!
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