Visitantes cósmicos de buena voluntad,sean bienvenidos a este lugarcito que albergará poemas, pinturas y toditas cosas que habitan mi alma...


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jueves, 9 de mayo de 2024

la mar en coche




la mar estaba serena, serena estaba la mar

y si uno supiera qué era la mar en coche

cuando la tía decía tal y tal y tal, y la mar en coche

se refería a todo lo demás

ese todo que nunca se nombra

que es el etcétera de las cosas importantes

las cosas importantes siempre van por delante de la mar en coche

en coche va la mar, atrás, después de todo

pero ¿podrá la mar caber en un coche?

Es imposible, claro.

Demasiado grande el etcétera al que no le ponemos palabras

La mar tempestuosa o serena pero mar al fin

La mar, no el mar, la mar

en coche

En cochecito

chiquitita

Pero shhhhhhhhhhhhhhhhhh

SSSSSSSHHHHhhhhhhhhsssssssssHHHHHHHHhhhhh

¡qué rico cómo salpica! 


domingo, 28 de abril de 2024

Correr en el mar

https://www.youtube.com/watch?v=thWTPy3W9zQ&list=RDEM_uJijiwzyfYhvDMxPj5j_w&index=20



Correr en el mar

Por primera vez en la vida

O en el recuerdo de lo vivido

Correr toda la vida todo el amor el entusiasmo y los deseos

Correr el desamparo y el amparo la furia y la fe la risa abierta y el aire entre las manos

Correr todo el desparpajo y el festejo de hoy y el de mañana correr toda la fiesta a cuenta aún
 
Correr

Toda la felicidad y el llanto la bronca y la bendita incorrección política, lo que soy

Lo sagrado lo efímero lo infinito todo el cielo entre las manos y el agua entre los pies y la espuma y la vida

Todo eso corrí como si mis rodillas fueran las de una princesa amada y bendita

Corrí con la sonrisa puesta en los ojos

Corrí para saborear ese recuerdo cuando no tenga cerca tus olas

Corrí plena y con testigos que darán su fe de que ese instante y yo

Existimos



martes, 7 de noviembre de 2023

Las tareas del agua

https://mispoetascontemporaneos2.blogspot.com/2023/11/poema-de-claudia-bakun.html?fbclid=IwAR2POmF9UbFm0OCmE69qZIbhmAnBL-JcMKPG58VKjMNEPJQzoeP1W-GQQHc&m=1 
 

¡Gracias Gustavo Tissocco!

jueves, 12 de octubre de 2023

moving waves

 https://www.youtube.com/watch?v=cCBMPdqDAS0


“Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí”, Fiedrich Nietzche

 A veces me encuentro llorando sin por qué. 

Obedece, creo, a una razón profunda, antigua, como el amor que vive adentro desde remotamente el tiempo, como una ola de mar que no cesa de rehacerse y deshacerse, siempre con el mismo resplandor de agua brillante en su cresta, con el ruido de todos los amores acurrucados adentro, para romperse y desparramarse sobre la arena como dust in the wind, como moving waves, como música de rock progresivo en inglés que no entiendo bien qué dice y no importa lo que diga, como el viento que late...

Podría estar todo el tiempo así, escuchando esas canciones que no entiendo y llorando suavemente como si yo fuera esa ola que se parte, que se reparte, que se divide en dos o en más, que quiere ser todas las olas conmovidas por su propia marea

Olasolasolasolas 

In the see, - in de sí-, dicen en inglés y qué lindo que en inglés sí signifique mar. Yo que antes amaba más los ríos que los mares, ahora he emparejado el gozo de sentir correr las aguas en las muchas vertientes de su caeres.

Dust in the wind ... la ola se reparte en shhhhhhhshhhhhhhh gotitas que recorren la costa de su sí y la de su no, olas que se reparten en piedras incandescentes, noctilucas, desvaríos, música porque sí música vana y ondula el mar en su estampida limpia, magnífica...

A veces lloro un poquito mientras escribo, cosa que antes no sucedía. “Antes” es una marca que separa un inicio de lo que lo antecedió, y la ola vive para inaugurar inicios que se rompen y se pierden y destruyen los castillos en el mar de los que tan lindo hablaba machado

Y es que las olasolasolasolasolasolas sheshean shhhhhhh shhhhhhhhhh y se desarman y vuelven a nacerse y acurrucarse en amores que se desparraman por el piso y se van corriendo detrás de otras olas… y... no regresan, y a veces regresan y se detienen a mirar el espectáculo de las olas que se rompen y se desgranan en medio de la noche sin que se distinga el suelo del cielo intensamente azul más que por la luna

Entonces quien mira el espectáculo, asombrado como siempre ante las primeras veces embebidas en asombros, llora un poquito sin saber por qué

Primeras veces que marcan un inicio, un punto de luz que iluminará todo lo que fue un atrás, que se desenvuelven asombradas en medio del temblor, del casi miedo que se recorre en la partitura sin bocetos, como al tocar el primer bach 

Luego se enroscan sobre sí como olas que se pierden para siempre al morir, y que aplastan sin querer castillos de arena como estelas en la mar mientras el movimiento perpetuo las decreta nuevamente 

So hush little baby, don't you cry dice la canción ahora

So hush little baby, don’t you cry

A veces me escribo llorando y vuelvo a empezar

 


(imagen tomada de la web)

sábado, 14 de enero de 2023

EL LUGAR POR DONDE LAS COSAS SE JUNTAN




Ayer fui al Tigre. 

Metidas en el agua mi amiga y yo éramos felices, y esa felicidad me trajo el recuerdo de otras felicidades que esta vez no se mezclaban tanto con la actual, no estorbaban con su presencia, enorme como una nube pletórica de nostalgia o de anhelo.

Me sorprendo, me amanezco de mí cada vez que soy feliz con simpleza, me alegro tanto por lo que ha hecho conmigo la vida. Aprecio y saboreo. Por fin aprecio y saboreo.

Y mientras miraba el paisaje del Tigre, los verdes y su intensidad, la alegría en la sonrisa de G, mientras sentía el agua, la frescura en mi cuerpo, me daban ganas de escribir, y eso también me alegraba. 

Recordé una charla reciente con mi amigo N. en que por primera vez sentí que estaba contando cortito cosas que en otro momento hubiera contado largo, muy largo, que podía resumir partes, dejar que quedaran para mí, que podía contar de otra manera historias muy viejas, casi iniciales de mi vida, que podía contarme distinto.

Y me pregunté si eso era algo equivalente a una sutura, a experimentar cómo se sienten esos lugares que fueron suturados bien y que cicatrizaron. 

Ayer en el agua podía recordar otras escenas, y sentía la superficie nacida que ahora separaba lo nuevo de lo viejo y lo dejaba ser.

También están las partes que aún no nacieron ni se murieron del todo, las que de tanto en tanto se refrescan con memorias demasiado dulces o demasiado amargas como para que no ejerzan efecto en mí. 

Las zonas que pegan o despegan de los demás son así: rugosas líquidas, sólidas, resbaladizas Los albañiles y los escultores lo saben bien.

Para que una superficie se una con otra debe estar rugosa, si no, por bueno que sea el pegamento, la unión se fractura enseguida.

La lisura de la perfección no alcanza para unir nada.

Lo poco que practiqué de cerámica, me recuerda que para unir dos tiras de arcilla fresca primero hay que coserlas, o sea, pasar un objeto punzante por los bordes de ambas como si fuera un surfilado, eso que mi tía me enseñaba a hacer en las telas con aguja e hilo para evitar que se deshilacharan. 

Una vez pegadas con la barbotina las tiritas de arcilla, ahí, nuevamente con el objeto punzante, se hace otro surfilado en sentido inverso, garantizándose la unión de ambas tiras a través de la rugosidad generada por ese tejido en cruz que une sus bordes. De lo contrario, aún con calor de horno, al secarse se partirían.

Nada se une con otra cosa por el lado en que es perfecto, en que nada necesita, en que todo lo sabe, en que es autosuficiente. La lisura de la perfección no alcanza para unir nada en esta vida, nos deja solos.

Para hacer contacto se necesita imperfección, rugosidad, lugares de empalme. 

Lo liso resbala, deja ir, impide recibir, impide dar.

Permite una perfecta separación de las partes.

Lo liso es deseable a veces, como lo rugoso.

El alma debe tener zonas así que se reformulan a diario o con el tiempo, zonas que fueron rugosas para el intercambio, aptas para el remo sincronizado y que se han vuelto lisas, y otras lisas que aprendieron a unirse.

Las heridas quizás sean esos lugares por los que estuvimos unidos con los demás y de los que fuimos arrancados o nos arrancamos, y entonces sangran.

Las suturas nos permiten recordar las uniones sin desangrarnos, recordar sin morir, volver a nacer en otras zonas libres o tal vez convertir las cicatrizadas en extensiones aptas para el contacto con lo reciente, en que la piel algo rugosa puede tocar y ser tocada nuevamente con amor.

Aprecio y saboreo el paisaje del Tigre, sus verdes, la luz abriéndose paso entre las ramas, la cálida frescura del agua, las olas que dejan sonando las lanchas al pasar, la diversión compartida, la amistad que se estrena entre el ir y venir de los mates. 

Hay zonas en el cielo que tocan ciertos recuerdos por donde pueden ser tocados, por donde uno puede rozarlos y sonreír. 

Mientras camino se empalman sin que nadie más que yo lo sepa esos matices comunes de este agua y estas flores con otras ya vividas, la memoria y el anhelo forman zonas de empalme como en una paleta los colores que al mezclarse forman otros muy difíciles de nombrar por un nombre preciso. 

Mientras converso con G. en la lancha colectiva que nos trae de vuelta, nuestra conversación teje su trino con hilos de otras que la colorean, evoco mientras vivo, vivo aunque evoque lo vivido; integro a lo que vivo y saboreo esa parte de mi vida que hoy llevo puesta aunque nadie desde fuera pueda observarla.

Porque el Tigre nombra muchos ríos, contiene muchos muelles, cuando digo Delta digo enormidades de personajes, de vivencias , de animales y flores, de paisajes y de aguas que confluyen, desde atrás, desde arriba, desde adentro, desde otros ríos, en este río. Zonas de empalme. 



lunes, 28 de junio de 2021

ESCRITOS REENCONTRADOS: DIVAGACIÓN ENTRE HERÁCLITO Y PARMÉNIDES

 





Heráclito y Parménides:

 

-Parménides: no me vengas, viejo conservador con eso de las permanencias inmutables, che.

En este río me meto yo hoy con canas donde había pelos morochos, en este río me meto yo hoy, y sus aguas traen envases de plástico que antes no traían. ¡No nos bañamos dos veces en el mismo río!

Es más. Fijate: ahí, donde había agua, ahora ya no hay. Esa parte del río se ha secado.

 

-Heráclito, date cuenta de una vez, amigo cabezón, de que este río, por más que hoy no exista, de que sea un hueco seco, sin embargo existió. Date cuenta de que en este lugar se bañaron las personas muchas veces, de que tienen fotos de sus veranos, de sus amores, de sus encuentros y desencuentros. Date cuenta por fin, de que este río, además de todo, es una historia.

 

(C. Bakún, 2014)


jueves, 13 de mayo de 2021

LA NOCHE DE UN DÍA


Hubo un día en que me bañé entre las estrellas. Era la noche de un día que fue maravilloso. Camping libre, el temido camping libre, fue una experiencia mágica.

El calor había sido tan intenso como para no moverse del río durante el día. No era el Calabalumba sino el Quilpo. Por la noche, Nadia y Daniel, -ya secos-, tomaban mate, y los tres esperamos que saliera la luna, que por fin y lento salió de ahí, desde atrás del monte donde se esconde, brillando tanto...

Única noche que íbamos a pasar allí... Me asomé a la orilla del río y vi todas las estrellas sumergidas iluminando desde abajo. Ni por todo el oro del mundo iba a dejar de sumergirme también en ese sueño. Y nadé entre luces y no lo olvidaré jamás.

El único registro fotográfico es mi esperanza.

*** 

Hoy biodancé. Meses que no lo hacía. Y nos miramos todos por el zoom, como siempre...Sólo que hacía tiempo que no me miraba mirar, y me gusté. Bailamos, nos dejamos pasar dentro del alma desde las miradas, y en otro ejercicio danzamos imaginando que lo hacíamos con nuestros seres queridos, siempre enviando una energía dulce.  Danzar en la frescura. Descansar el alma en un lugar a salvo. Un lugar sin palabras, por fin sin palabras.

*** 

Hay momentos de tan intensa plenitud...Basta un recuerdo, alimentarse de él sin buscarlo...Recordar por ejemplo a ese primo querido que hoy se está curando en otro mar. Recordar la pureza de su alma. O escuchar una música que vaya uno a saber por qué convoca lágrimas sagradas porque no traen congoja sino cosas de un reino inefable, como tocar un árbol, o acariciar un pétalo... Nada que venga a rellenar de teoría el sentir. Como mirar hondo. También al biodanzar aprendí esto de ponerse las manos en el pecho cuando de algo sagrado se trata, una emoción sincera, o de hablarle a alguien apoyando la mano en el lugar de su corazón. Y recordé a mamá en el hospital cuando no se le entendía lo que hablaba pero si le tomaba la mano, sonreía. A veces hay un todo emocionado que se mueve en nosotros a favor de la felicidad.

*** 

Raras veces vi una víbora: una, fue con Nina de pequeña volviendo de la Toma...se nos cruzó en el camino. La segunda vez estaba yo sola cerca del río acostada en la tierra y una mujer que pasaba me avisó de la tremenda yarará que se deslizaba lentamente a un metro más o menos... ¡gracias que iba para el lado que se alejaba de mi cuerpo!...Pero fue lindo verla, muy lindo.

Veranos después, muchos veranos después, andando sola desde el río al Faldeo, agarré el camino de vuelta de la Toma justo a la hora de los colibríes, la hora del silencio dorado en el monte... y mientras disfrutaba del espectáculo imaginaba a las víboras que en sus cuevitas estarían esperando que nos fuéramos para salir a hacer su vida.

Esa mañana, después de bañarme en el río cuajado de estrellas poco después de despertar, pasó un pichón de víbora a centímetros de mis pies, entre mate y mate, y luego volvió a hacer el mismo recorrido pero inverso.

***

Nadie que cantara zambas como él. Nunca. En el silencio que dejan los fogones de tanto en tanto de pronto se alza su voz, la de un ser tímido y profundo. Rompe el aire y se rompe mientras la de los mineros suena o la del ángel... La zamba se desgarra, late, se desanuda...Vuela en su voz y vuelve al silencio de un hombre tímido que bebe, y sólo canta cuando brota.

*** 

Cuando empecé a viajar a Capilla en serio, solía sentir en esta misma habitación que hoy habito el murmullo del río en la ventana, como si estuviera invitándome a concurrir a una fiesta que me esperaba lejos pero fiel, una fiesta enguitarrada y salvajemente dulce. Nunca supe de dónde salen los genes que no se explican por mi sangre, esos que desesperan de chacarera y se suman a un coro loco que le aúlla a la luna aunque no haya, al río aunque esté seco, a la piedra aunque no hable o tal vez, porque no habla.


sábado, 8 de agosto de 2020

marmarmar...


ni bien entré a la iglesia había recordado mi pasado al sonar la canción que de adolescente cantaba cuando cristiana era y me llamaba, y no importa si ojos o corazón :algo se me llenaba de agua por dentro

yo venía del mar: me había dejado arrastrar demencialmente por él con una felicidad de la que jamás había sabido…había sido esa tarde hirviente más niña que de niña entre revolcones de risa y olas,  de dejarme hacer por la rompiente lo que ella deseara conmigo

y llegué rota y feliz a ese lugar que me protegería de una tormenta que iba a venirse con piedras, y  de la que sólo quedó el asfalto mojado y un anuncio vacío

entonces fue cuando ellos empezando a llegar  se intercalaron entre nosotros los sentados y se quedaron parados a capella entonando esa canción tan sublime que casi lágrimas era yo convertida a ese sonar entrante en mi pecho abierto a la experiencia por el mar revuelto en corrientes y contracorrientes

y la sensibilidad de mi adentro desbordaba mientras la sensibilidad del afuera señalaba la belleza de bach como un mar renacido y era eso lo justo: que la música fuera tan bella como lo no creado por las manos humanas

y era tan eso lo que sonaba que él daba saltos mientras dirigía la cantata y yo sentía algo hermoso en el centro del pecho y aunque tuve el impulso de ponerme a bailar en medio de la iglesia, predominó por muy poco la llamada cordura por sobre la audacia del hacer, pero no por sobre la audacia del sentir

y hasta parecíame que diosito, ese que estaba clavado en la cruz, se iba a salir  de sus clavos para ponerse también a danzar o saltar

nada más bendecido que lo que sonaba podía impregnarnos y esas voces salían desde un lugar joven de las gargantas también jóvenes y yo que había querido tomar la eucaristía después de cuarenta años de no probar el pan y el vino y  no me había animado , aunque estaba más pura que jamás antes bañada por ese mar blanco y frondoso,  ahora era también aura del llamado de lo inmenso en la música mar

yo estaba preparando el milagro y el milagro se venía, y hasta había un perro vagabundo entre la gente y los bancos de la misa y el pan y el vino hervían en las bocas y la confabulación de bach y del mar terminó entre sudores y apretones de manos y saludos efusivos de unos cuantos fantasmas que estuvimos presentes en ese cuento escapado del tiempo hacia el sitio inefable en el que levitaríamos en asombros y nada ya vibraría sino de belleza, de milagro mojado sonándonos por dentro mientras las calles brillantes de lluvia nos llevaban a eso que solemos llamar casa. 

C. Bakún, Villa Gesell, noviembre de 2019

https://www.facebook.com/467049217401181/videos/775203516278362


miércoles, 8 de julio de 2015

Mares




Yo que a nacer he llegado tristemente,
no me aparten del barco en que estoy
porque me place.
Y no sé si ese barco está en mí y es mi bautismo,
si la muerte está en el barco que es la vida,
si la vida es un barco misterioso,
si el amor está en las olas o en el barco.




C.Bakún, de "accidentes geográficos"

Visión

Veo una foca gigante en la oscuridad de la noche.
Una foca cuyo lomo está pintado como una piedra esmaltada, con cien mil escamas de colores.
Cuyo lomo ondula, se acerca, se pierde, en la oscura plenitud de la noche estrellada que se toca con el mar.

C. Bakún, de "Sombraluz"


Obra Plástica: Horacio Petre: "Otro cielo", Cabo Polonio1996 - Acuarela y acrílico sobre papel.

martes, 5 de junio de 2012

"La mirada de Dios", de Eleonora Bizzotto / "Oír llover", de Sombraluz

Había una vez un libro, que escribí a una edad cuyas palabras escucho como si fueran casi ajenas...El único que edité hasta ahora, "Sombraluz"...cuya imagen de tapa fue hecha a medida para la ocasión por una gran amiga.
De ese libro hoy recojo esta imagen, y un poema...


Oír llover

Esta noche llueve lo que llueve
como lluvia nacida de un diamante,
oculta en alguna mansedumbre,
desenvuelta de un naufragio,
amanecida entre perlas y sigilos,
turbia y necesaria como un llanto amargo.
Esta noche llueve como un canto...
tierno llover de otoño entre las hojas.
Gime mi nocturno la pena que me envuelve
hasta volverse gris de lluvia
perdido entre las rocas, 
olvido entre las pérdidas, 
un tronar más de un canto en la neblina.
Grito como una cavernícola
al vacío desde lo alto, 
para volver
-magia de mi grito,
granizo de primavera tosca,
fértil ambigüedad de las cenizas-,
en pez blando y delgado
resbalando su frío por la tierra
hasta orientar su nacer al sol, hijo de todo, 
hasta cantar como un pájaro pequeño,
-frágil acusar de un tiempo nuevo-.
Lluvia de nada,
rima entre las rimas,
sonrisa de pura volatilidad,
pedazo de cosa tan nada y tan siempre,
tan sujetable y caliente,
tan viva...
lluvia de esperar,
lluvia de pensar y escuchar...
lluvia que cuento y recuento
desde mi mundo adentro y mundo afuera,
entre cosas que aquietan y que agitan...
Lluvia adentro,
por túneles que no veo,
por grietas que no huelo,
por canales que huyen hacia el corazón
refrescando mis ríos...
Lluvia entre la música,
gracias.


"La mirada de Dios", Xilografía de Eleonora Bizzotto, artista plástica argentina

viernes, 6 de enero de 2012

Escritos en el río



I

Me senté acá, en un remanso del tiempo.
El río es un hilito.El tiempo pasó, y no.
Todo es lo mismo, y nada lo es. Heráclito estuvo por aquí, y también Parménides, el de Elea.
“El buey solo bien se lame”... (Pero al tiempo, bien se cansa).
Me siento, con mi estómago hecho un nudo, mi angustita, mi contractura de cervicales y trocánteres, y deposito todo esto sobre el pasto y las piedras cercanos al río. Un alguacil me mira desde una piedra. Les va a decir a los demás insectos que se protejan de mí (hoy debo estar kafkiana). Que pongan un cartel que diga: ”RESERVADO PARA BICHOS.NO FASTIDIAR”.
Día ventoso y frío, y desolado... (¡Oh!, qué trágico suena).

II

Decir que estuve en el río, a la sombra,
escribiendo conmigo hasta cansarme.
Decir que estuve callada, mirando el agua...
Decir, decir, decir...
Que para tanto, que para tan poco,
que para tampoco.



III

Decir que causa estragos,
Palabra liberada que dás miedo
Porque no te domino, ni te pienso, ni llego
a los recónditos pocitos donde te originaste.
Yo sé que sos otrita, que naciste a pesar,
que no te alcanzo
ni con birome, ni a caballo, ni con grabador.
Sólo te oigo.
Sé, y no alcanza.
Y tampoco alcanza con creerte,
porque no siempre sos amiga...
Palabrita asustada: hay que dejarte ir,
seguirte el paso, el vuelo, las vueltas...
No cansarse con vos ni de vos.
Reírse un rato.
Saber que sos un ángel descastado y simpático
que vuelve a veces con el ceño fruncido.
Y quererte así,
sin para qué, ni porque nada...
Oírte los abismos, y jugar a la ronda.

IV


Misterio: hermosas manos.
Tránsito, tristeza,
desesperanza de que las cosas sean como son,
esperanza de monitos,
manitos de bebé
y espléndidas tardes enramadas
que dan a un cielo libre,
como las cosas salidas de madre
o enmadrecidas por un tiempo.
¿Así deberá ser?
Yo no sé nada.
Qué cosa andar sin nada por un tiempo de presagios,
sin certezas ni ternuras de marido.
Qué cosa este misterio,
solita vida triste...
Automatismo ronco,
cárcel de palabritas:
te abro y salgo al mundo,
a mirar pájaros y tibiezas.
Mi ternura anda hablando con los perros,
con los burritos... todos de ojos grandes
y silenciosos... Todos sabios
porque sólo sienten,
y tal vez con eso alcance.*

*C.Bakún (de "Accidentes geográficos")

jueves, 18 de agosto de 2011

Luis Carril: Llueve en el río...





Llueve en el río.

La alegría de ser

otro animal que escapa.




Luis Carril García




Para acercarse a la personal escritura de Luis Carril, visitar http://www.elrincondelhaiku.org/sec_col.php.


Allí podrán hallar datos sobre su historia y producción, así como las deliciosas pinceladas plasmadas en "Agua del tiempo"...
http://www.elrincondelhaiku.org/pub_aguatiempo.php


la lluvia por Juan L.Ortiz



Dios se desnuda en la lluvia como una caricia innumerable. Cantan los pájaros entre la lluvia. Las plantas bailan de alegría mojada.

La tierra como una hembra se disuelve en los dedos penetrantes con una palidez de mil ojos desmayados.

Camino bajo la lluvia, todo mojado, cantando, hacia mirajes que huyen en un rumoroso sueño.

Lluvia, lluvia! Desnudez del dios primaveral, que baja danzando, danzando, a fecundar la amada toda abierta de espera, quebrada ya de ardor amarillo y largo.
***
Todo el día mi alma hoy estará suspensa
de la voz del agua, como en un sueño mojado. ¡La voz del agua dulcemente cierra el mundo! Todo el día seré un niño que se está durmiendo. La vida será sólo una voz querida.


Juan L. Ortiz 

(ambos poemas de "El agua y la noche", tomados de Horacio Armani, "Antología esencial de la poesía argentina")

imagen tomada de la web