volver a acariciar un zapallito bajo el chorro de la canilla
que una mano vuelva a lavar a la otra aunque todavía
no puedan lavar entre las dos la cara
tener permiso para combinar los dedos de ambas manos
al escribir sobre este teclado
tener permiso
para varias cosas más, aunque no sean todas
y que no duela
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