Alguna vez fui a poner las cosas en su lugar
Y terminé poniéndome en el lugar de las cosas
Ahí me di cuenta de cómo se veía el mundo siendo naranja
Y de cómo una pera jamás podría rodar tan parejito como ella
Me di cuenta de que para el perro de mi vecina mi gato era la encarnación del diablo
Y de que para mi gato, la vecina era mucho menos importante que mi ovillo de lana
También pude darme cuenta de cómo sufría la lana de mi ovillo con cada tirón
Y de por qué gemía la madera de la puerta cada vez que la llave giraba en la cerradura
Nada fue lo mismo para mí cuando volví del lugar de las cosas
Recién ahí pude poner las cosas en su sitio
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