Descanso de la puta rendida sobre una mesa de bar. Exhausta, los ojos delineados de un modo que nunca ví, con tres líneas salientes desde la comisura del ojo.Gorro blanco de lana y ojos pintados de loca. No da más. No da, más. Por un rato nomás, no da. Duerme desparramada desde la cintura para arriba sobre la mesa en que descansa un café no sé desde cuándo.Ella vestida de estrella vagabunda, pirata rapiñada. Ella así, loca y dormida sobre la mesa del bar. Despierta de a poco y remueve las cosas de su cartera, y luego paga.
C. Bakún, 2015-Fotografía propia
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