si de algún lado he de estar, si hubiera que ubicarse
como en una trinchera, han de encontrarme
del lado de afuera de algún bar en que alguien canta
entre los que ñatean contra el vidrio de todas las canciones
o los que confraternizan en andenes y danzas callejeras
y se ponen a bailar sin pudor en las esquinas
Si de algún lado he de estar será el del ridículo, indudablemente
Y más fácil cerca de un borracho que de un bancario
y de un albañil que de un soldado
Si han de traicionarme los sentidos
será más probable entre los fieles de alguna mística
que entre los ordenados de algún credo
Seguramente estaré sobria entre los ebrios
y transparente entre los camuflados
Más fácil sentada en el cordón de la vereda
removiendo con la mano tierra o agua
que en el sillón sofisticado de una confitería
Erraré entre las mesas de un alcohol que no tomo
compartiendo el sagrado trino de los bohemios
entre guitarras que amo y emociones de himnos
y de todos los himnos, sobre todo,
el himno de mi corazón
(Gracias Miguel Abuelo)
Obra plástica de Jeanie Tomanek
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