Vademecum : Enamoramiento común o simple.

VADEMECUM: ENAMORAMIENTO COMÚN O SIMPLE

Enamoramiento común o simple: Término algo ambiguo también llamado antiguamente “metejón”, que suele confundirse un poco con la vulgarmente llamada “calentura”. Dícese del estado de alteración de la conciencia producido por el encuentro con otro ser humano de cualquier sexo color o religión tendiente a que las personas involucradas presenten síntomas tales como: dar saltos de alegría, tener ganas de cantar , correr, volar, reír…Es muy frecuente ver que esta gente se ríe o sonríe sola sin causa aparente. También es común que los sujetos involucrados deseen conectarse todo el tiempo, por la vía que sea, desde la paloma mensajera al guatsap, o desde el “qué casualidad, pasaba por tu casa” a la posibilidad de arreglar un electrodoméstico a domicilio o desgrabar una clase de la facultad.

Los síntomas pueden abarcar sensaciones bastante intensas y hasta un poco molestas si no fuera que son a la vez deliciosas, en distintas partes de la humanidad corpórea, y en casos severos pueden percibirse como una sensación de calor comparable con la de un incendio.

No hay precisiones demasiado fiables acerca de cuánto tiempo tarda en manifestarse el enamoramiento o metejón: puede ser en cuestión de minutos, horas, semanas, meses o años… El caso es que una vez que se presenta, libera una cantidad tal de oxitocina, serotonina y dopamina en el organismo suficiente como para dejar dopada a la víctima. Dicen recientes investigaciones científicas llegadas desde el campo de las neurociencias, que tal estado se prolonga durante unos dos años, así que no es de temer que sea eterno.* Durante el mismo uno puede sentir una pasión irrefrenable por el mismísimo Frankestein en versión masculina, femenina, trans, queer, etc, … Puede estar acompañado también de extraños sentimientos de proximidad, como si el amado/a /e estuviera junto con uno observándolo en momentos específicos, y otro tipo de alucinaciones de las que las víctimas no se quieren privar porque les resultan altamente gratificantes.

Está comprobado que este estado levanta las defensas del organismo.

Antiguamente solía estar asociado con la juventud, pero recientes investigaciones han demostrado que en edades no tan juveniles puede presentarse con idéntica o más fuerza.

Cabe aclarar que aunque en la actualidad se tiende con bastante justicia a descreer de este tipo de alucinación amatoria en aras del conocimiento fecundo y profundo que provee la frecuentación íntima con el otro a lo largo de cierto tiempo, -la cual cabe ser llamada amor-, si el enamoramiento se presentara, una vez que se presentó, nada se puede hacer al respecto.

 

Efectos colaterales y contraindicaciones: Si las personas involucradas sienten lo mismo, es posible que logren juntar sus ansias y vivir intensa y gozosamente este tránsito. No obstante, en algunos casos, se puede presentar indiferencia en alguna de las partes, miedo extremo y otras formas más severas de desalentar la continuidad de esta estrambótica y anhelada vivencia.

Ante señales de esta índole, recomendamos que la parte enamorada rumbee para otro lado, y disfrute de lo que pueda mientras le dure el efecto de la dopamina en sangre.

Se han documentado casos en que la libido se ha volcado con buenos resultados en la creación artística, en la actividad científica , deportiva y otras yerbas, todo esto alternado muchas veces con una actividad autoerótica intensificada.

 

Consideraciones finales:

Tenga en cuenta:

-Lo único que salva por un tiempo a un amor no correspondido, es la dopamina en sangre.

-En muchos casos es difícil y hasta imposible determinar con certeza diferencias y similitudes entre estados que podrían ser calificados como combinatorias extrañas entre calentura, deseo sexual, atracción sexual, enamoramiento común en fase inicial, etc…

-En cualquier caso, no se preocupe. Deje los nombres para los que se ocupan de eso. Recuerde la frase esa de que todos los caminos conducen a Roma. Y si no lo condujeran, acuda a otra parte de este vademecum. Y buena suerte.

 

* Esta duración no aplica si usted se hubiera quedado en la fase no correspondida, en cuyo caso, deberá acudir a otra sección del presente vademecum.