"Si las lastiman les duele: su caparazón tiene terminaciones nerviosas y sangre! Una caricia en su caparazón y en su cabecita les encanta"
Esto lo encontré en facebook hace tiempo, y hoy me doy cuenta de que no es algo exclusivo de las tortugas.
Nos pasa a los humanos también: las corazas no "son " fuera de nosotros: las corazas somos nosotros.
Si las lastiman, nos duele, porque tienen terminaciones nerviosas y sangre emocional. Y si nos las acarician...¡nos encanta!
Porque nosotros somos nuestras corazas, nuestras heridas defendidas de la mirada de los otros, nuestras defensas extendidas desde nuestro cuerpo emocional a nuestro cuerpo físico.
Somos lo que se ve y lo que no se ve en una foto nuestra. Somos eso que pocos perciben, y que a veces no se percibe. Somos un montón de cosas subterráneas de las que nadie que recién nos vea o nos "conozca" en apariencia se enterará. Somos lo que decidimos no contar porque el dolor asusta a la mayoría de la gente, aunque esa gente también lo experimente. Somos lo que contamos y que a pocos conmueve. Somos las traiciones y las desgracias que hemos superado, o las que aún nos viven, somos esa enfermedad o ese padecimiento que otros no tienen, somos lo que nos partió el corazón y que para otros es una tontería, somos la tontería del arrogante, o del que siempre pasó cosas peores, somos sinceramente humanos, en el mejor de los casos, aprendiendo. Y en cualquier caso, seres humanos en particular, y seres vivos en general.
Se pueden hacer muchas cosas entre humanos por disolver nuestras corazas, y por vivir de otra manera.
Pero nadie, NADIE, debería permitirse el pegar primero por las dudas, el lastimar.
Ninguno de nosotros sabemos quién vive por detrás de la linda foto, no tenemos idea.
¡Acariciame el caparazón, dale! ¡que me gusta!
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