A veces hay que dejar de estar
en esos lugares en que
incluso sin advertirlo
nos van a pegar confundiéndonos con otra gente
A veces hay que dejar de estar
en nuestros propios lugares fáciles
porque ya no nos servimos ni a nosotros
ni a quienes amamos o decimos amar
A veces hay que quedarse
en una cita de honor con el entripado
para escuchar bien el mensaje
A veces tenemos tan a nuestro pesar
que dejar de cantar un cumpleaños feliz
a quien ya no nos reconoce ni nos busca
A veces hacer falta es un acto de arrojo
porque, o hacemos falta de veras
o ponemos al desnudo para nosotros mismos
y quizás, con suerte, para el otro
cómo se llamaba el agujero
que supimos rellenar con nuestra bronca
nuestro reclamo
nuestro amor
nuestra presencia
nuestro deseo
nuestra esperanza
A veces, dejar de estar
es un tratado pedagógico
cuando no queda otro remedio
que dejar de estar
ahí
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