Soy el otoño de mí
La estación más sabía
No sobra el tiempo
No sobra el espacio
Dice la voz del otoño
Es necesario desprenderse
No sobra el agua ni adentro ni afuera
Soy mi primavera
La primavera de mí
La que me insta a florecer o morir
La que me pide transformar mi savia
En la belleza de la flor
La que no se puede dar el lujo de
Retener
Debe nacer y prodigarse
Atraer con sus perfumes
Extasiar con su magia
Dar fe del eros universal
Soy el verano de mí
El que me impele a derramar mis frutos
Bajo un sol amigo
El que desea verme nadar en todas las aguas
Florecientes de los mares
Y reposar mi cabeza bajo su calidez eterna
Seré el invierno de mí
Cuando todo esté dado
Gozado y florecido
Me abrigaré en recuerdos
Y en mi propia sonrisa
Tendiendo un puente hacia el misterio
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