Mi tío ya no recuerda el pan de leche
que
yo le cocinaba de chiquita
Por
entonces, saborearlo
era
algo especial para él
y
no había vez que no me lo celebrara
Ahora
no recuerda nada de eso.
Yo
sí.
Mi
infortunada buena memoria
sabe
contarme cosas
que
otros olvidan fácil
Me
cuenta que él amaba
los
perros y los niños
-y
es así todavía.
Todo
lo nacido de las criaturas
-sus
ocurrencias, sus creaciones-
era
objeto de celebración
y
nunca, como al jugar
con
la cachorrez de la vida,
eran
su ternura y él
tan
sí mismos.
Ocurre
que hace tiempo
yo
dejé mi niñez
olvidada
en sus manos
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