SEPIA
Juega la muchachita; aún no es la madre de mí;
como relámpagos de fiesta sus trenzas, y dos /
ciruelos
de incendio en las mejillas; juega y se ve /
pequeña
que juega con los copos que juegan con ella.
En la calle de las nieves.
En Kiev.
No se muda no avanza no aparece en la /
siguiente foto
para evitar entrar en el tiempo y volverse /
después
madre de mí, y al fin dolerme, dolerme como /
agujas
de fuego en cada ojo cuando cese de ser la /
madre de mí,
y desampare, y quede yo así, dejado, como /
pequeño solo,
abandonado y solo.
En la calle de las nieves.
En Kiev.
Marcos Silber
(Podría haber sido mi abuela, además)
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