EL POEMA O LA VIDA

Allá por mis dieciocho habíamos logrado con mi padre una breve etapa de buena comunicación y afecto compartido. Por entonces yo asistía al taller literario de los dos Norbertos, -Covarrubias, alias "Coyi" y Uman, mi amigo mayor-, y a Norber yo le contaba a veces algunas de mis cosas... Cada vez que me iba a encontrar con mi papá él me decía con una sonrisa: "si el encuentro es bueno, va a ser un buen momento; si es malo, va a ser un buen poema".

Y de algún modo es así. Cuando Osvaldo Bossi nos dice en su poema refiriéndose a su amor "No, amigos, ya no./En palabras, no. /Prefiero que Eli /siga aquí, entre los vivos, paseándose /por mi casa, en boxer…/Y que me abrace, como sólo / él me abraza" nos está diciendo eso: que la vida está para ser vivida, y a lo sumo después de eso, hacerla poema, pero seguramente poema celebratorio.

Cuando decimos que el arte es un modo de expresión nos quedamos cortos. Sí, lo es. Pero gritar, llorar,  pegar un puñetazo también son modos de expresión. Cuando los convertimos en arte hacemos algo distinto con la expresión de lo que sentimos. No sé bien qué es, qué nombre pomposo tenga. Pero hacemos algo distinto, con el dolor, y sus hermanos sobre todo. Con el miedo, con los monstruos hacemos algo distinto.

Y en tal sentido volvemos también a la ancestral "función mágica del arte", porque esa palabra "sanar" que hoy se escucha por todas partes, -y no por estar de moda deja de tener importancia-, está presente en eso que hacemos, si lo hacemos con garra y si tenemos suerte, también por ahí nos cure un poco, ayude a suturar pupas, a vencer el miedo.

Desde el principio de los tiempos se canta para acunar, se canta en los momentos clave de la vida, en los nacimientos y en las muertes, se canta para celebrar las uniones amorosas, para sellar el comienzo de los ciclos importantes de la vida, y también se canta en la oscuridad para ahuyentar las sombras y los fantasmas, se canta en el trabajo esclavizante para hacerlo llevadero y compartido, cantan las mujeres que lavan la ropa juntas, y los hombres con cadenas en los pies. 

En tal sentido hizo su prédica  Murray Schafer, el bienamado maestro, cuando decía (no cito textual) "para el niño la vida es arte y el arte es vida", señalando luego que cuando crecemos queda separada la vida del arte. El arte es algo que sucede en otra parte, en escenarios, museos, etc.

En los dos talleres que tuve la inmensa dicha de hacer con él, nos ponía a inventar canciones sin texto y  con un propósito determinado: por ejemplo, "canción para hacer crecer a un árbol" o "para ayudar a alguien a morir".

Y así aparecen los poemas, - y no sólo los poemas-, muchas veces: como reemplazo de lo que no se ha vivido y se hubiera querido vivir, en los amores no correspondidos, en las asperezas de la vida, en las pérdidas...

Y si tenemos suerte, haremos magia...Y si tenemos más suerte aún, esa magia tocará a otros y colaborará a alumbrar el camino común de nuestra vida. Y también seguiremos siendo alumbrados por quienes nos precedieron en el intento.