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sábado, 12 de febrero de 2022

GIRANDO



de todo lo que no quería perder

lo perdí todo


y mientras caminaba bajo los andamios

para entregarme a la embriaguez

de no saber, 

de no tener de dónde agarrarme,

mientras entrenaba mis músculos 

en una nueva patria dolorida

inestable

y por eso mismo, segura

seguí perdiendo más aún

de lo que no deseaba perder


Fue notorio

elocuente

el trato que la vida me estaba dispensando

como para desoírlo

y lo oí

estuve atenta

revisé los mensajes, los que dejaba a otros

y los que me dejaban a mí

los modos y maneras

los modus operandi

los trucos, las mentiras

y las sabias verdades


Y de cada suceso aprendí: aprendí

implacablemente

y de lo que aprendí, todo apliqué

se centuplicaron las maneras de entender la vida

las palabras para nombrarla

los gestos para expresarla

y las vivencias para sentirla

No hubo máscaras posibles y en cambio sí la elocuencia

de lo naciente en ciernes

Faltaba tiempo para la primavera

y el invierno fue crudo y duró muchas estaciones


Y mientras iba perdiendo y perdiendo 

de aquello que no deseaba perder

seguí perdiendo más sin darme cuenta

de otros almácigos

Perdí sombras, ciénagas, excusas

vendas en mis ojos

dolores que me impedían caminar

prejuicios, creencias erróneas e inmutables,

formas de andar y de decir, formas

acumuladas por los años

incrustadas, inapelables, inservibles

Perdí quejas y ante cada queja propia o ajena 

oxidada

me reí

y descubrí la risa y sus cauces

se me destaparon agujeros

por donde entraron inmensas cantidades de aire puro

y fresco

el regocijo

se alió a mi terquedad y armaron buena dupla

Empecé a caminar como una garza

inquieta

a danzar con la incertidumbre como hermana


de todo lo que no quería perder

lo perdí todo


y ya vacía, sin nada que recoger 

por fin hubo espacio para otras cosas

no hizo falta que fuera primavera para inventar las flores

lo naciente, nació del mismo tajo

y creció sano y fuerte rumbo al cielo

y la alegría, esa habitante desoída y pequeña

esa niñita que me tiraba del vestido

por fin fue rescatada del destierro:

la tomé bien fuerte entre mis brazos

la alcé

nos miramos a los ojos

y empecé a hacerla dar vueltas mientras reímos

reímos

reímos

girando entre nubes

girando con la brisa

o entre la niebla y el sol

girando


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