Todo por primera vez es lento y asombroso.
Lento como el comienzo de lo que no se conoce
Como la sensación que entra sin que sepamos qué le va a seguir
Lento como el fotograma que sucede al anterior en una película que se ve por primera vez sin tener noticias del argumento
Lento y salvaje como todo lo que se inaugura en el hacer sin mapas, -un viaje - el amor - el próximo acompañante en el asiento de al lado - el freno súbito de la rueda
Lento como el conocimiento que se va dando entre dos desconocidos
Como la fundación de las ciudades que llevan más de un nombre en su génesis
Como empezar a entender el idioma del recién nacido húmedo que es el hijo al que apenas se conoce personalmente
Lenta y asombrosa incertidumbre desplegada en encuentro
Un santo decir sí, diría Nietzche
Un ir a donde no sabes por donde no sabes, diría San Juan de la Cruz
Las primeras veces, como el ponerse en pie de un cervatillo recién alumbrado.
Desplegar las patas finitas y endebles
Y echarse a andar
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